Don Juan

Me he soplado todos los discursos de los candidatos presidenciales y, la verdad, a los , nos tratan como la quinta rueda del coche, dicho popular que, según Martha Hildebrandt, “se aplica a alguien poco importante o insignificante”. Y nosotros, por si no lo saben, somos uno de los motores del país porque movilizamos personas, invertimos en combustible, repuestos, revisiones técnicas; es decir, pagamos impuestos y hacemos pa-tria. De manera que los aspirantes a Palacio de Gobierno no pueden pasarnos por encima.

Uno de los pocos postulantes que nos ha puesto en agenda es César Acuña (APP), quien propone un seguro de jubilación para los taxistas y mototaxistas. “Se trata de otorgarles un seguro de salud y una pensión de jubilación a través del sistema de aportes indirectos. Por cada compra que realicen (combustible, alimentos, etc.), al solicitar una boleta elec-trónica con su número de DNI, automáticamente una parte del IGV se destinará a una cuenta de aportes para su pensión de jubilación y a una cuenta individual en EsSalud para asegurar a su familia, como ocurre con cualquier trabajador formal”, refiere a Ojo el popular “Plata como cancha”.

APLICATIVO

Rafael “Tío Porky” López Aliaga (Renovación Popular) también sabe que ese sector aglutina miles de votos y, por eso, anunció que los “cañas”, de taxis y mototaxis, serán incorporados al sistema de seguridad ciudadana para darle tranquilidad a las calles. Jorge Montoya, candidato a la segunda vicepresidencia, detalló que los hombres del volante contarán con un aplicativo en su teléfono celular a través del cual enviarán alertas sobre acciones delictivas y, así, facilitar el desplazamiento de la Policía.

Finalmente, Hernando de Soto (Avanza País), al hablar de ciencia y formalidad, aludió al aplicativo Uber, “un sistema altamente técnico, pero que consiste básicamente en aga-rrar los taxis informales y saltarse a la garrocha aquellos que están privilegiados por los permisos formales”. En buena cuenta, formalidad sí, pero sin abusos.

Con los demás potenciales inquilinos de la Presidencia, no se oye padre. Esperamos que en el próximo quinquenio se apruebe la Ley del Taxista y también se derogue aquella que firmó este Congreso impresentable sobre la formalización del servicio de taxis-colectivos, excluyendo a Lima y Callao.

Y nos despedimos con el chiste.

El niño Yonhy le dice a su madre:

-Mamá, mamá, ¡me pica la cabeza!

-¿En qué kilómetro, hijo, en qué kilómetro?

¡Hasta el próximo miércoles!

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