Básicamente, aconsejo consumir ajonjolí porque en poca cantidad de alimento obtienes muchos nutrientes. Su valor se sustenta en su composición: 100 g de semillas de ajonjolí contienen 17 g de proteína, 48 g de grasa total, en gran medida insaturada, 25,7 g de carbohidratos, hierro (14,8 mg), magnesio (356 mg), zinc (7,16 mg), calcio (989 mg), potasio (475 mg) y 14 g de fibra.
Esta semilla también es una excelente fuente de energía porque aporta más de 5 veces su peso en calorías (565 cal por cada 100 g).
La semilla de sésamo puede ser blanca, amarilla, roja, marrón o negro e incluirla en tu dieta es muy sencillo. Una de las formas que más me gusta es mezclarlo con el arroz blanco hervido porque devuelve la fibra perdida del arroz y le da un sabor especial. También en forma de tahine, licuando las semillas con un toque de aceite obtienes una pasta que puede reemplazar a la mantequilla.
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