Seguro en más de una ocasión han leído en mis columnas la recomendación de “evitar el aceite al cocinar”. Sugiero esto porque en la medida que el aceite, indistintamente de su origen, es decir sea de soya, girasol, oliva o coco, al llegar a temperaturas altas cambia su estructura molecular y forma radicales libres.

Los radicales libres son moléculas que ingresan a nuestro cuerpo y actúan sobre las células oxidándose, motivo por el cual se aceleran los procesos de envejecimiento o deterioro celular. El deterioro de las células se asocia con causa de diferentes enfermedades, incluyendo el cáncer.

Sin embargo, si optas por utilizar aceite en tu cocina procura que sea aquel que resista más al calor como el aceite de oliva o de coco, evita que el aceite se caliente mucho y humee, si reutilizas el aceite en alguna fritura, que solo sea una vez, pero antes filtra de los residuos del uso anterior.

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