1. Equipo sin base. Transcurridos nueve meses, es imposible definir un once base. Han sido pocas las veces que Roberto Mosquera repitió una formación en Alianza Lima. Lo cierto es que las lesiones de algunos jugadores no permitieron que esto suceda, pero desde el inicio del año, el conjunto victoriano fue incapaz de mantener una formación por varias fechas, cosa que sí han logrado los demás equipos.
2. Defensas bajas. La defensa fue uno de los puntos más bajos en la campaña de Roberto Mosquera. Nunca logró consolidar rendimientos uniformes, pese a que insistió con Walter Ibáñez y Miguel Araujo. El uruguayo padeció siempre en el uno contra uno, mientras que por los laterales ni Trujillo ni Guizasola ni ningún otro pudieron acomodarse nunca con un rendimiento decente.
3. Falto de fichajes. Roberto Mosquera aceptó que la Administración de AlianzaLima no contrate refuerzos, a pesar de que tenía un plantel corto y que las lesiones y suspensiones lo perjudicaron. El DT no presionó para que llegaran jugadores. Para salir campeón en un torneo tan largo, se necesita un plantel amplio, con variantes en todas las líneas y eso fue algo de lo que el conjunto aliancista careció.
4. Débil de local. AlianzaLima fue una lágrima de local con Roberto Mosquera. Perdió ante rivales claves como Universitario y Sporting Cristal. Dejó escapar cinco empates y cinco derrotas. Esa debilidad le ha pasado factura en la recta final. Peor aún, dejó de ser el equipo eficiente que era de visita en el primer semestre. Se convirtió en un equipo demasiado irregular.
5. Ideas que matan. Alianza Lima careció de inventiva en todo el torneo, siempre propuso la misma estrategia y careció de profundidad, no tuvo variantes y practicó un fútbol plano. Roberto Mosquera nunca le devolvió el fútbol característico al conjunto íntimo y terminó confundiendo el objetivo a puro verso. Primero quiso ser protagonista y terminó resignándose a quedar entre los cuatro primeros.