Los colores vivos de este traje llamaron su atención al verlo por televisión. De inmediato indago su procedencia y no dudo en pedir uno. Sus abuelos le consiguieron y así empezó todo. Empezó a practicar mas y mas los pasos del danzante de tijera con su nuevo regalo , lleno de lentejuelas, hilos dorados , plumajes y flequillos.

Foto / César Grados / @photo.gec
El uniforme de su niñez.