El crocus abre sus flores temprano en la primavera, ofreciendo valioso alimenta para las abejas cuando aún escasea. (Foto: Patrick Pleul/dpa)
El crocus abre sus flores temprano en la primavera, ofreciendo valioso alimenta para las abejas cuando aún escasea. (Foto: Patrick Pleul/dpa)

Muchos tienen buenas intenciones para con las abejas y les compran hoteles para insectos y plantan flores. Pero a menudo esto ayuda poco a las abejas, que mueren de hambre pese a tener la mesa servida o se lesionan.

Lo que necesitan las abejas es realmente obvio. Para sobrevivir, necesitan un refugio seguro, un lugar donde reproducirse y alimentar a sus crías. Y sobre todo, mucha comida, pero no la consiguen en muchos jardines.

Sin embargo, no es nada difícil hacer que el jardín sea atractivo para las abejas silvestres y las abejas melíferas. A continuación, algunas ideas:

Refugio y ayuda para armar nidos de abejas silvestres

Las abejas de la miel son cuidadas por sus apicultores, pero las abejas silvestres dependen de ofertas naturales adecuadas o de hoteles para insectos diseñados adecuadamente.

Las diferentes especies de abejas silvestres se especializan en una variedad de lugares de anidación. Por ejemplo, a las abejas de la arena les ayuda una parcela de tierra abierta, suelta y arenosa en un rincón del jardín. Las abejas albañiles, en tanto, buscan las cavidades de las juntas de las paredes.

Un recurso sencillo y también barato para ayudar a la anidación, que recomiendan los expertos, es atar en un manojo las ramas sobrantes de la poda del otoño o la primavera y colgarlas.

Las ramas de las zarzamoras, verbasco o gordolobo y cardos pueden colgarse verticalmente, por ejemplo, en la valla del jardín o en la barandilla del balcón. Los juncos y las cañas de bambú pueden utilizarse en horizontal para hacer pequeños hoteles para insectos.

Y para las abejas que habitan en la madera muerta, se perforan agujeros de dos a nueve milímetros en bloques de madera y se colocan o cuelgan en el jardín.

Reducir el riesgo de lesiones

Es importante que, al igual que con los hoteles para insectos disponibles en el mercado, los animales no se hagan daño con estos dispositivos de anidación caseros. No deben tener bordes afilados.

En el caso de los bloques de árboles, la madera frontal o la rodaja del árbol pueden desgarrarse fácilmente, por lo que es mejor tener los agujeros en los laterales, según aconsejan expertos en jardinería y apicultura.

La madera de coníferas, como la de abeto o pino, no debe utilizarse para el alojamiento de las abejas porque sus fibras de madera siempre se levantan.

Por ello, el proyecto educativo alemán Bienenretter (Rescatistas de abejas) aconseja utilizar maderas duras como las de aliso, fresno y haya.

Por cierto, muchos hoteles para insectos que están a la venta no son adecuados para las abejas.

Se recomienda evitar, por ejemplo, los modelos con ladrillos huecos y perforados, así como con hormigón esponjoso. La Fundación Alemana para la Vida Silvestre califica en tanto de “completamente inútiles” la lana de madera, las piñas o los guijarros.

Las cajas nido necesitan un lugar soleado en el jardín, protegido de la lluvia y el viento, con buena orientación. No se aconsejan refugios en los árboles ni otros colgados libremente a la sombra.

Las “praderas para abejas” no ayudan a las abejas silvestres

El dato más sencillo para armar un jardín amigable con las abejas es comprar aquellas plantas etiquetadas por los comerciantes como aptas para abejas, una tendencia que se popularizó cada vez más en los últimos tiempos.

Pero no se recomienda apostar solo a crear un jardín que represente una pradera de alimento para las abejas. Según los expertos, en general se suele clasificar así a las plantas que visitan las abejas melíferas.

Por supuesto, las abejas silvestres también necesitan néctar y polen, pero estas plantas no las ayudan mucho, dado que en general se especializan mucho en determinadas especies de plantas.

Por ello es recomendable diseñar jardines con flores y una amplia variedad de plantas. También en lo que se refiere a la floración porque las abejas necesitan algo que florezca a principios de primavera y también a finales de otoño.

Algunas recomendaciones de los expertos

Flores de bulbo: azafrán, jacintos de uva, tulipanes, campanillas de invierno, scilla, leucojum vernum, lirio.

Plantas de floración anual: aciano, girasol anual, reseda, cistus, caléndula, gordolobo, caléndula, zinnia, amapola dorada.

Plantas de flor perenne: aster, valeriana azul, campanilla, menta de gato, lenteja, girasol, flor de barba, cardo rastrero, muchos tipos de girasol.

Hierbas: salvia, tomillo, borraja, lavanda, hisopo, cilantro.

Frutas y hortalizas: manzana, cereza dulce, ciruela, moras, vino, frambuesas, grosellas, fresas, calabaza, pepino, hinojo, endrino, calabacín, habas, espárragos.

Arbustos y árboles ornamentales: arce sicómoro, árbol de las abejas, hiedra arbustiva, rosas, cereza de pájaro, bola de nieve, sauce, brezo de invierno, hibisco, vid.

Malezas: diente de león, ortiga, llantén, trébol de cuernos.

Agua para refrescarse y la construcción de viviendas

Las abejas de la miel necesitan agua para enfriar su colmena, las abejas silvestres la necesitan para construir sus nidos. Sin embargo, ambas solo pueden utilizar los puntos de agua que les ofrecemos si tienen un lugar seco y seguro para posarse. Para ello se puede, por ejemplo, colocar pequeñas piedras que sobresalgan del agua.

Como alternativa, los expertos aconsejan crear contenedores de recogida naturales, como conchas de caracol vacías o plantas con hojas en forma de embudo, como el ruibarbo y la rodgersia. Los juegos de agua, las piedras de manantial y las pequeñas fuentes también son adecuados porque a las abejas les gusta el agua estancada enriquecida con minerales.

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