Un avión solar no tripulado que ha sido desarrollado por China, el Caihong ("Arco Iris"), logró volar de forma controlada a 20 kilómetros de altura, en el llamado "espacio próximo", durante 15 horas, informó la prensa oficial de este país.
China se convierte así en el tercer país que logra poner casi en órbita este tipo de drones, después de que Estados Unidos llevara a esas alturas su avión "Helios" y el Reino Unido consiguiera lo mismo con el "Zephyr", destacó la agencia Xinhua.
El "espacio próximo" se sitúa a entre 20 y 100 kilómetros de altura sobre el nivel del mar, y es una zona donde la escasez de aire dificulta el vuelo con aparatos tradicionales movidos por combustible u otros derivados.
El Caihong, un enorme dron de 45 metros de envergadura, es desarrollado por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, y el director del proyecto, Li Guangjia, adelanta que en el futuro podría sustituir las funciones de un satélite, siendo capaz de volar durante meses a grandes alturas.
Los científicos chinos estudian una futura aplicación de estos aparatos en diferentes campos, como las telecomunicaciones.
Se busca, por ejemplo, utilizar este tipo de aviones solares como emisores de internet sin hilos en zonas remotas, lo que podría ser útil en zonas afectadas por terremotos u otros desastres naturales.
Un avión solar no tripulado que ha sido desarrollado por China, el Caihong ("Arco Iris"), logró volar de forma controlada a 20 kilómetros de altura, en el llamado "espacio próximo", durante 15 horas, informó la prensa oficial de este país.
China se convierte así en el tercer país que logra poner casi en órbita este tipo de drones, después de que Estados Unidos llevara a esas alturas su avión "Helios" y el Reino Unido consiguiera lo mismo con el "Zephyr", destacó la agencia Xinhua.
El "espacio próximo" se sitúa a entre 20 y 100 kilómetros de altura sobre el nivel del mar, y es una zona donde la escasez de aire dificulta el vuelo con aparatos tradicionales movidos por combustible u otros derivados.
El Caihong, un enorme dron de 45 metros de envergadura, es desarrollado por la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, y el director del proyecto, Li Guangjia, adelanta que en el futuro podría sustituir las funciones de un satélite, siendo capaz de volar durante meses a grandes alturas.
Los científicos chinos estudian una futura aplicación de estos aparatos en diferentes campos, como las telecomunicaciones.
Se busca, por ejemplo, utilizar este tipo de aviones solares como emisores de internet sin hilos en zonas remotas, lo que podría ser útil en zonas afectadas por terremotos u otros desastres naturales.