Un médico ginecólogo de nombre Gregory Michael falleció días después de ponerse la vacuna de Pfizer contra el COVID-19, en Miami, Estados Unidos. Y es que actualmente se viene investigando la muerte del especialista de salud.

El médico, de 56 años, recibió el pasado 19 de diciembre una dosis de la vacuna de Pfizer y murió entre el 3 y el 4 de enero, según señaló Darren Caprara, director de operaciones de la oficina del médico forense.

Portavoces de la oficina del forense precisaron que su muerte no se ha relacionado de forma definitiva con la vacuna suministrada por la farmacéutica estadounidense, sin embargo es una de las opciones que se investiga.

La forma y causa de la muerte “está pendiente”, confirmó a Efe Verónica Melton-Lamar, coordinadora de registros médicos de la oficina forense de Miami-Dade.

La oficina del médico forense de este condado trabajará las próximas semanas en conjunto con el Departamento de Salud de Florida y los gubernamentales Centros Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) para determinar la causa de la muerte.

Michael era un ginecólogo que trabajaba durante los últimos 15 años en el Hospital Mount Sinai, que por razones de privacidad no ha informado sobre el caso.

“Estamos investigando activamente este caso, pero no creemos en este momento que haya una conexión directa con la vacuna. Es un caso clínico muy inusual de trombocitopenia grave, una condición que disminuye la capacidad del cuerpo para coagular la sangre y detener la hemorragia interna”, ahondó.

“Es importante tener en cuenta que, lamentablemente, es probable que los eventos adversos graves, incluidas las muertes que no están relacionadas con la vacuna, ocurran a un ritmo similar al que ocurriría en la población general”, añadió.