Fósil, a la izquierda, y la característica estructura del esqueleto de una de una esponja actual.
Fósil, a la izquierda, y la característica estructura del esqueleto de una de una esponja actual.

Los primeros animales que habitaron la Tierra serían unas esponjas marinas emparentadas con las que se usan en la ducha cuando nos bañamos.

En una investigación publicada en la prestigiosa revista Nature datan los restos hallados en unas montañas del noroeste de Canadá en unos 890 millones de años. Esto supone anticipar la aparición de los metazoos (reino Animalia) en 350 millones. El hallazgo es cuestionado por unos, pero apoyado por otros, refiere el periodista Miguel Ángel Criado en una nota de El País.

La investigadora de la Universidad Laurentiana (Canadá) Elizabeth Turner lleva casi 30 años estudiando capas y capas de las Montañas Mackenzie, en el noroeste americano. Ahora están a casi 3000 metros de altura, pero durante millones de años estuvieron debajo del mar. Su mayor interés lo ha puesto en la zona llamada Little Dal. Con un grosor de 500 metros y una decena de kilómetros de diámetro, lo que hoy parece piedra, eran en realidad unos arrecifes formados por calcimicrobios, microorganismos calcáreos fosilizados. Entonces, toda la vida que había en la Tierra eran microbios como estos y algas microscópicas.


Fósiles que son claves

Ahora, en los márgenes de estos arrecifes, Turner ha encontrado otro material fosilizado con una estructura que no le cuadraba con las bacterias y sí con otra nueva forma de vida. “No son como los habituales fósiles que uno podría ver en un museo, como conchas y exoesqueletos; no son partes duras mineralizadas creadas por los animales durante su vida. Al contrario, lo que se conserva son pequeñas masas que contienen una red microscópica de pequeños túbulos que se unen entre sí [anastomosis]. Es la complejidad de la malla tridimensional lo que resulta tan inusual y complejo para rocas de esa edad”, dice. Es una esponja, el primer animal en la Tierra

“El patrón de ramificación y reunión de esta red es bastante distintivo: es diferente a los tipos de ramificación conocidos de otros tipos de organismos que podrían haber estado presentes, como bacterias, algas e incluso hongos. Pero es casi idéntico a las mallas que se han descrito de fósiles de esponjas más recientes y a los esqueletos esponjosos de las demosponjas actuales”, indicó.

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