Esqueleto de 9.000 años volverá a ser enterrado en tierras indígenas
Esqueleto de 9.000 años volverá a ser enterrado en tierras indígenas

Los restos del llamado Hombre de Kennewick, un esqueleto de unos 9.000 años de antigüedad, volverán a ser enterrados en las tierras indígenas de la tribu a la que se demostró que pertenece, en el estado de Washington (noroeste de EE.UU.), tras 20 años de batallas legales.
El proyecto de ley para hacerlo posible se aprobó el pasado viernes en el Senado después de haber sido ratificado antes en la Cámara de Representantes, y solo queda pendiente la firma del presidente Barack Obama, según recogen hoy varios medios estadounidenses.
El proyecto legislativo en cuestión es para la Mejora de la Infraestructura de Agua, y la cláusula que permitirá el entierro del esqueleto en tierras nativas fue introducida por la senadora demócrata Patty Murray, del estado de Washington.
El esqueleto, de unos 9.000 años de antigüedad según pruebas de datación de carbono, fue hallado durante el verano de 1996 en tierras federales estadounidenses a lo largo del río Columbia, en el estado de Washington (noroeste), y es uno de los más antiguos y completos encontrados en América del Norte.
Un grupo de investigadores presentó en el mismo año del descubrimiento una demanda al Cuerpo de Ingenieros del Ejército para poder analizar los huesos, lo que dio inicio a una batalla legal y negociaciones que concluyeron en 2005 con el logro del acceso de los científicos a los restos.
Parte de esos arqueólogos sostuvieron que el Hombre de Kennewick no estaba relacionado con las tribus nativas de EE.UU., sino que los restos eran evidencia de que los caucásicos habían estado presentes en el nuevo mundo miles de años antes de que llegaran colonos europeos.
Durante esta lucha judicial entre las tribus y los arqueólogos, los huesos del Hombre de Kennewick estuvieron en el Museo Burke de Seattle, en el estado de Washington.
Después de otra década de estudio, las pruebas de ADN llevadas a cabo por la Universidad de Copenhague y la Universidad de Chicago encontraron vínculos genéticos entre el Hombre de Kennewick -con una antigüedad estimada de entre 8.400 y 9.300 años, un peso de entre 70 y casi 75 kilogramos, y 1,67 y 1,70 metros de altura- y cinco tribus que lo reclamaban como un pariente.
Los indígenas de la tribu Umatilla, Yamaka, Nez Perce, Colville y Wanapum, de la cuenca del río Columbia, se encargarán ahora de enterrar los restos de su ancestro en tierras sagradas, amparados bajo la ley de Protección de Tumbas Nativas y Repatriación de EE.UU.
Al Hombre de Kennewick se le ha denegado "el derecho a tener un entierro apropiado durante más de veinte años. Nos alegramos por esta decisión, pero nuestros esfuerzos no cesarán hasta que regrese a su pueblo una vez y por siempre. Descansaremos cuando él pueda descansar", aseguró el miembro de la junta directiva de la tribu Umatilla, Armand Minthorn, en un comunicado.