Los aparecidos forman parte de nuestro imaginario popular.
Los aparecidos forman parte de nuestro imaginario popular.

El psicólogo social Frank T. McAndrew explica en el portal de Psychology Today por qué unas personas son más susceptible que otras a tener encuentros con fantasmas. “Cualquier de nosotros podría ver un fantasma”, recuerda McAndrew, pero eso no significa que vaya a ocurrir.

El primer requisito para encontrarse con seres del más allá, con un fantasma, es “creer” que puedes hacerlo, sostiene este experto basándose en las palabras del sociólogo Christopher Bader. Según apunta, un estudio publicado en 2013 confirma que las experiencias de fenómenos sobrenaturales son más probables que ocurran en ambientes amenazantes o ambiguos, refiere una nota del portal El Confidencial.

¿Por qué podríamos ver fantasmas si estamos en este tipo de ambientes? Cuando no sabemos si algo amenazante nos acecha, tendemos a dirigirnos mentalmente hacia el lado de la precaución, es decir, “irnos al miedo”, señala McAndrew.

“Esta respuesta nos pone en alerta elevada, activando el procesamiento de arriba hacia abajo que puede reforzar nuestra creencia en lo paranormal y hacer que veamos fantasmas”, apunta el investigador.


La percepción es determinante

Lo anteriormente mencionado respecto al tema de apariciones fantasmales explica que los individuos que creen en fantasmas y otros seres paranormales pueden “resolver estímulos ambiguos como un frío repentino y sonidos en una casa vieja pensando en posibles consecuencias de fuerzas paranormales siniestras, mientras que los que no creen en ello son propensos a buscar otras causas”.

En psicología, los fantasmas, o más bien los encuentros con ellos, se estudian en base a la percepción, la cual se construye a partir de nuestras expectativas, necesidades y creencias, que ante una información sensorial ambigua se activan y refuerzan. Así, hasta el 75% de las personas en Estados Unidos tenían al menos un tipo de creencia paranormal, y el 50% se consideraban “creyentes” del misterio a comienzos de este siglo, según encuestas de Gallup realizadas en 2001 y 2005. En 2014, un estudio afirmaba que un 42% de los estadounidenses están convencidos de la existencia de espíritus. El dato ha disminuido, pero sigue siendo amplio.

Según apunta McAndrew, los investigadores del tema fantasmal han descubierto que es más probable que las personas que creen en lo paranormal adopten teorías de conspiración y pseudociencia. Mientras las mujeres resultan más propensas a apoyar creencias paranormales, los hombres son quienes más creen en alienígenas y otras formas de vida peculiares como el Monstruo del Lago Ness.

Para determinar estas tendencias, los psicólogos emplean la llamada “Escala Revisada de Creencias Paranormales”, publicada por el profesor Jerome Tobacyk. Esta escala mide seis categorías de creencias paranormales, pero también otras como las creencias religiosas tradicionales.

“Aquellos con un estilo cognitivo intuitivo tienden a guiarse por su instinto mientras que quienes tienen un estilo cognitivo analítico, proceden más lenta y metódicamente a la hora de resolver problemas. Se basan en gran medida en la información empírica y tratan de evitar verse demasiado influenciados por las emociones y la intuición”, indica.