Un científico y empresario desató la polémica por haber criogenizado a su hija de dos años, quien falleció debido a un cáncer cerebral. Sus padres decidieron congelar su cuerpo para que tuviera la oportunidad de vivir “algún día”, cuando se encuentre la cura para su enfermedad.
El caso llegó a los titulares mundiales en 2015 cuando la pequeña, conocida de cariño como Einz, se convirtió en la persona más joven del mundo en ser preservada por criogenia. Esta es la historia de Sahatorn Naovaratpong, científico de Tailandia, quien decidió congelar el cerebro de su hija.
¿Cómo congeló el cuerpo de su hija?
Primero, tuvieron que extraer el cerebro de Matheryn y preservarlo en acero inoxidable, aislado al vacío en un recipiente lleno de nitrógeno líquido. El resto del cuerpo se encuentra en un criorefrigerador en Arizona, EE UU, cuyo costo de mantenimiento está alrededor de los 80.000 dólares al año.
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En enero de 2015 empezaron el proceso de preservarla criogénicamente y la pequeña se convirtió en la primera niña del mundo sometida a esta práctica. Extrajeron y preservaron su cerebro, no todo su cuerpo.
Su cerebro se mantiene a -196 ºC, junto a una docena de otros órganos similares. La esencia de Einz descansa congelada, a la espera de una cura para volver a tener un cuerpo.
Historia se verá en Netflix
La biografía de Einz ha vuelto a sonar luego de que Netflix lanzara, el pasado 15 de septiembre, el documental “Hope Frozen: A Quest to Live Twice”, una pieza fílmica dirigida y coescrita por la periodista Pailin Wedel, junto con Nina Ijäs.
Desde el documental, la pareja ha dado la bienvenida a otra hija, llamada Einz Einz. La científica y esposa del doctor Sahatorn ha afirmado que el nacimiento de esta niña la ha ayudado a “sanar enormemente”; aunque “no es un reemplazo”. Ella ha comprendido que las probabilidades de que su hija “pueda vivir otra vez” son escasas.
¿Qué la criogenia?
Se trata de un proceso real, aunque no se sabe si es efectivo. Con el congelamiento se busca preservar sus órganos para que pueda ser resucitado en un futuro indeterminado. A una temperatura ideal, un cuerpo ‘aguarda’ el momento en que pueda volver a la vida.