Un estudio realizado entre el 2013 y 2014 a cargo de un grupo de científicos e investigadores de Estados Unidos y Vietnam a cargo de la investigadora Sarah Olson, dio a conocer cómo afecta la propagación del coronavirus al comercio de especies salvajes para consumo humano.

En esta investigación se descubrió una gran cantidad de ratas infectadas por diferentes tipos de coronavirus en un restaurante de Vietnam. Al parecer, y según han detallado en la investigación publicada, los científicos encontraron a estos roedores listos para ser consumidos en un restaurante del país asiático.

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En comparación con estudios previos, observamos altas proporciones de muestras positivas entre ratas de campo destinadas al consumo humano y murciélagos insectívoros en granjas de guano adyacentes a las viviendas humanas”, detalla la investigación publicada el pasado 17 de junio por el grupo de científicos.

ADVIERTEN

La investigación diferencia entre los roedores encontrados que viven en libertad y los que son capturados y cocinados para el consumo humano. Se presume que el 0 y el 2% de las ratas que se encuentran en libertad y que fueron capturadas para este estudio dieron positivo en coronavirus.

Sin embargo, esta probabilidad se puede multiplicar al ser capturadas y cocinadas para comer en restaurantes. En el estudio se comprobó científicamente que las ratas que ofrecían los distintos restaurantes y tiendas tenían un 55.6% de posibilidad de estar contagiada de coronavirus.

Y es que una vez capturado, el animal es trasladado con vida hasta grandes mercados a los que se acercan los dueños de los restaurantes para comprar ratas, cocinarlas y servirlas en su menú. En las labores llevadas a cabo por distintos investigadores de Estados Unidos y de Vietnam se han identificado “seis tipos de coronavirus conocidos” en especies como murciélagos y roedores.

Finalmente, la investigación detalla que “la mezcla de múltiples coronavirus, y su aparente amplificación a lo largo de la cadena de suministro de vida silvestre en los restaurantes, sugiere un riesgo máximo para los consumidores finales”.