Desde que nace un bebé y conforme pasan los meses, las madres reciben una infinidad de consejos sobre lo que tienen o no que hacer. Algunos vienen de personas con muy buena intención, pero hay ciertas cosas que nadie sin pensarlo se hacen, como pedirle que se termine todo el plato de comida o lanzarle ciertas ‘amenazas’ como que si no se mete a bañar no habrá cuento de buenas noches.
Hay muchas cosas que podrían dañar a los hijos y que se hacen sin que los padres se den cuenta cuenta, por consejo o porque así lo hicieron con ellos mismos o sus hermanos y que, según detallan los especialistas de Naran Xadul, se deberían dejar de hacer inmediatamente.
1. Dejarlo llorar
Esos consejos de “déjalo llorar para que se acostumbre”, “es bueno para sus pulmones” o “déjalo para que aprenda a dormirse solo”, aviéntalos a la basura. No dejes llorar a tu bebé, ni recién nacido, ni más grande.
Los bebés no se van a acostumbrar, al contrario, sólo le generarás angustia porque cuando un bebé llora está comunicando necesidades que vive como urgentes, no tiene deseos por lo que sencillamente no puede manipularnos. Su única forma de decirte que necesita algo es llorando, y si tú no atiendes su única forma de comunicación, aprende que el mundo no es un lugar confiable, lo que daña la base de la autoestima a largo plazo, además de que aumentan sus niveles de cortisol (la hormona del estrés) lo cual afecta la salud y el desarrollo.
Conforme van creciendo, el llanto no disminuye, pero es importante entender que es su forma de comunicación y nosotras podemos ayudarles a identificar sus sentimientos. Siempre baja a su nivel y dile: “te ves enojado”, “pareces triste”, “te sientes enfadado”. Así, además de que mostramos empatía y nos conectamos con ellos, les estamos enseñando a autoconocerse y autorregularse.
2. Sacudirlo
Hace sentido que cuando un bebé ha llorado por horas sin que nada calme su llanto podemos sentir un fuerte deseo de sacudirlo, por desesperación o para tratar de tranquilizarlo.
Esto es muy peligroso, especialmente durante su primer año, ya que su cerebro aún no ha madurado y con los movimientos llega a estrellarse dentro del cráneo, lo que puede provocar daños en el nervio óptico, retraso mental o muerte, según verifica Karen Zaltzman, Pedagoga especializada en Crianza Consciente.
Aprender a lidiar con el estrés de un bebé en llanto es primordial, ya que un traumatismo de este tipo es el resultado de perder el control. Lo primero es ver si tiene hambre, un pañal sucio, demasiado sueño. Después, comprobar si tiene cólico o la ropa le aprieta. En caso de que no logres encontrar la respuesta y te sientas por perder el control, pon al bebé en un lugar seguro aunque llore y respira profundamente hasta calmarte. No dudes en llamar a su pediatra o al ginecólogo y pedir ayuda si sientes que estás perdiendo el control de ti misma.
3. Hacerlo taquito
Las abuelitas y nuestras mamás son partidarias del taquito, y es una gran técnica para relajar a los bebés. Sin embargo, cuando se hace de forma incorrecta o se tiene así al bebé todo el tiempo, puede provocar daños físicos y cognitivos.
Si observas bien a tu bebé, verás que todo el tiempo está en flexión, sus manitas pegadas a su pecho y sus piernitas hacia su pancita. Cuando se aprieta demasiado la cadera y se le estiran las piernas, los bebés pueden sufrir displasia de cadera o luxación, es por eso que el tamalito, taquito o burrito, debe permitir que sus piernitas se muevan libremente.
Al envolverlo hay que tomar en cuenta algunas cosas: no lo hagas después de los 2 meses, colócalo siempre sobre su espalda y en su cuna o moisés. Quita cobijas, almohadas o peluches, ya que podrían provocar asfixia al caer sobre su cara.
Utiliza una manta suave, delgada y fresca para hacerlo taquito, y envuélvelo de forma que sus piernas queden libres de moverse y sus brazos no queden muy apretados.
4. Mantenerlo entretenido
Hay quienes tienen la creencia de que se va a aburrir y deben jugar o entretenerlos todo el tiempo, lo cual es muy agotador y ni siquiera necesario. Los bebés no necesitan entretenimiento todo el tiempo, su mayor aprendizaje viene de observar su entorno, a sus papás y las interacciones sociales.
Cuando se aburren pueden entretenerse con cosas muy sencillas, sin necesidad de recurrir a la tele o juegos muy ruidosos.
Su cerebro apenas se está desarrollando, así como sus sentidos. Así que lo mejor es ir introduciéndolos al mundo a través de la estimulación sensorial, con masajes, cantándoles y dejándolos sin hacer nada, tal vez exploren sus manos o sus pies, y eso está bien y es más que suficiente.
5. No hacer rutinas de sueño a partir del mes 4
Los bebés crean un reloj biológico constante y sano conforme a la hora de salida y puesta del sol. Esto les ayuda a mantener horarios de despertar y dormir, además de los momentos de siesta que les ayudan a relajarse, los cuales facilitarán que duerman mejor y más profundo.
Si bien a los bebés les da seguridad este tipo de horarios, no se debe olvidar que lo más importante es que la madre responda a su comunicación, sin embargo, la rutina puede ser muy útil para organizar el día a día.
A partir de los 18 meses, tener un día sin rutinas y sin saber qué esperar, puede generar incertidumbre. No tiene que ser tan elaborada, ni planear cada media hora del día. Pero sí lo más importante, como el desayuno, la comida, las siestas, la hora de jugar, el baño y de dormir.
(Texto proporcionado por Naran Xadul)