Todos queremos que nuestros hijos sean los más inteligentes del planeta, pero lo que realmente es importante para que ellos aprendan sobre sí mismos y el mundo, son las oportunidades de conectar con nosotros, así como de explorar su mundo de forma independiente y segura.
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Incluso, en un estudio publicado por la revista Nature, la decana de educación Camilla Benbow asegura que lo último que se recomienda a los padres es criar a un niño genio, porque esto les puede generar problemas sociales y emocionales en un futuro.
En cambio, Benbow propone desarrollar el talento de los niños desde que son bebés, fomentar sus logros, la felicidad y el amor a través de las siguientes estrategias:
1. Dale espacios tanto de conexión e interacción como de exploración y aprendizaje
Un bebé necesita estar en los brazos de su mamá desde que nace, el contacto físico hace que su cerebro transmita una sensación de seguridad y apego, que lo hará fuerte emocionalmente.
También, dale la oportunidad de tener juego libre, le ayudará a desarrollar su creatividad y aprenderá mucho de sus capacidades.
2. Observa y aprende sobre tu bebé
Es la oportunidad como papá o mamá de descubrir y alentar a tu hijo para que mantenga ese interés y lo desarrolle, o al contrario, dejarlo ser por sí mismo.
3. Favorece el contacto físico y visual
No te limites en abrazos, besos y caricias pues las células de la piel y las del cerebro tienen el mismo origen, así que las caricias desarrollan directamente el cerebro.
4. Platica constantemente con ellos
No olvides las pláticas infinitas aunque te responda con balbuceos, pero las miradas fijas, los gestos y los tonos de voz son un gran canal de comunicación con tu bebé, además de que le estás ayudando al desarrollo futuro del lenguaje.
5. Déjalo moverse libremente en espacios seguros
Cuando los bebés pueden estar en espacios como el piso acolchonado y moverse libremente, pueden conocer y controlar su cuerpo y explorar el mundo que los rodea.
Cuando sea más grande, es importante fomentar el desarrollo de una “mentalidad de crecimiento”, es decir, reconocer el esfuerzo que hace tu hijo en sus actividades o deberes, sin enfocarte en su capacidad y convertir sus errores en oportunidades de aprendizaje .
Recuerda que mientras estés involucrado en su proceso de crecimiento y desarrollo, él se sentirá acompañado y apoyado para avanzar.