¿Alguien se puede enamorar de su secuestrador?
¿Alguien se puede enamorar de su secuestrador?

¡Para no creerlo! Pero es cierto, hay personas que pueden enamorarse de su . ¿Y a qué se debe? Pues se trata de un estado psicológico temporal que desarrollan las personas, por el cual desarrollan una relación de complicidad, empatía o afecto con su secuestrador.

¿Y cuál es el origen del nombre? ¿Por qué ? Según la web "Muy interesante",  el 23 de agosto de 1973, en la ciudad sueca de Estocolmo, Jan Erik Olsson entró a un banco, tomó cuatro rehenes y exigió tres millones de coronas suecas, un vehículo y dos armas.

"El gobierno se vio obligado a colaborar y le concedió el llevar allí a Clarck Olofsson, amigo del delincuente. Así comenzaron las negociaciones entre atracador y policía. Ante la sorpresa de todos, una de los rehenes, Kristin Ehnmark, no solo mostraba su miedo a una actuación policial que acabara en tragedia sino que llegó a resistirse a la idea de un posible rescate", menciona el artículo.  

Después de  seis días, la policía decidió actuar y los delincuentes se rindieron. Pero lo más sorprendente fue que durante todo el proceso judicial, los secuestrados se mostraron reticentes a testificar contra los que habían sido sus captores. Incluso, como menciona dicho medio, todavía hoy manifiestan que se sentían más aterrados por la policía que por los ladrones que les retuvieron durante casi una semana. Así se acuña el término de ", el criminólogo Nils Bejerot fue el primero en usarlo para referirse a rehenes que se sienten este tipo de identificación con sus captores.

Pero un caso más insólito es el de Patricia Hearst, quien fue secuestrada por el Ejército Simbionés de Liberación (SLA). Tras donar la familia seis millones de dólares a la organización terrorista, no se supo más de la joven hasta que dos meses más tarde, la joven fue fotografiada durante un asalto a un banco, pues se había unido a la organización. 

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