Muchos padres sufren diariamente los berrinches de sus hijos. A los pequeños del hogar no les importa donde estén ni en que situación, ellos solo se tiran al suelo o gritan y desean que sus deseos se cumplan. Los niños pequeños viven muy ocupados al estar aprendiendo y absorben de modo constante todo lo que les rodea.Ellos desean ser independientes y poner a prueba sus habilidades. Y eso es correcto, pues para que un niño sea sano debe aprender a tomar sus propias decisiones. Sin embargo, en muchos casos, por más que lo intenten, aún no están listos para todo lo que les gustaría hacer, y no saben cómo manejar la frustración que esto les produce. Esta situación comienza a partir de los dos años y suele empeorar cuando los pequeños están de mal humor, con sed, hambre, sueño o cansado. Los padres deben enseñar a los niños a controlar sus emociones y frustaciones para que no no hagan una costumbre este comportamiento. Save the children, organización que promueve y defiende la niñez, ha recomendado lo siguiente para que los padres resuelvan esta situación:
- No se debe ceder ante la rabieta.
- Esperar con paciencia a que primero se tranquilice.
- Muéstrele cariño y atención hasta que se calme.
- Llevarle a algún lugar tranquilo y vigilar que no se lastime.
- Cuando se le pase, hablar con él o ella, y favorecer que pida perdón.
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