Magaly Moro

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Hilda (32 años, Independencia). Señora Magaly, estoy desesperada. No sé cómo decirle una verdad a mi pareja y al mismo tiempo no causar que se moleste.

Resulta que Rodrigo tiene una mascota singular: un cuy. Según me contó, se lo regaló su mamá hace casi un año, pero no era para que lo tuviera en su departamento  sino para que se lo comiera. Sin embargo, no pudo matarlo y decidió que viviría con él.

Hace tres meses él y yo iniciamos nuestra relación después de dos años de amistad. Hace un mes me fui a vivir con él. Pensé que sería una experiencia maravillosa y que la convivencia fortalecería nuestra relación. No obstante, para mí el vivir con Rodrigo se me está haciendo insoportable justamente por su peluda mascota. Resulta que apenas me instalé en el departamento empecé a sufrir de alergias. Yo siempre he sido alérgica al pelo del gato, nunca pensé que también lo era al del cuy.

Todos los días, cada vez que estoy en casa, no puedo dejar de estornudar y a cada rato lagrimeo. Estoy de un lado a otro con mi pañuelo o papel higiénico. Es una tortura lo que vivo.

Rodrigo cree que suelo estar resfriada y con las defensas bajas por lo que no me recupero. No le he confesado que la verdad es que su cuy Tomás, así lo llama, me causa una terrible alergia. Tengo miedo de que defienda al animal y se moleste conmigo. Se nota que lo quiere mucho.

¿Qué puedo hacer para acabar con mis días de tormento? Por favor, ayúdeme.

Ojo al consejo

Estimada Hilda, entiendo tu situación. Considero que debes decirle la verdad a tu enamorado. No puedes seguir con esa alergia. Tal vez a la larga puede hacerte un daño mayor. Rodrigo no debería molestarse. En una relación tiene que existir la sinceridad. Además, es un tema de salud. Dialoga con tu pareja. Entre los dos encontrarán una solución al problema. Suerte.