Magaly Moro
Lucía (25 años, Comas). Doctora Magaly, espero reciba mi caso y pueda revisarlo lo antes posible. Vivo atormentada por un muchacho que está obsesionado conmigo. No es agresivo, pero me deja flores en la oficina, cartas con la recepcionista y, sinceramente, no lo tolero más. Quiere conquistarme de buena forma, pero a mí no me interesa.
Ni siquiera sé su nombre, pero la primera vez que lo vi fue cuando bajé a comer menú con mis amigas del trabajo. Yo creo que es el hijo de la dueña de ese restaurante. Cuando nos mandan delivery, él lo entrega y me deja notas con frases de canciones. Mis amigas dicen que debería darle una oportunidad a mi admirador secreto, pero no me gustan los hombres que parecen desesperados.
He tenido malas experiencias en el amor. Prefiero un hombre serio y discreto. Este tipo de cosas me habrían conquistado cuando era una chiquilla de colegio, pero ahora que soy más adulta, no me imagino al lado de un hombre tan fantasioso como él. Es lindo, no lo dudo. Sin embargo, prefiero endurecerme un poco y no sucumbir a sus tiernos encantos.
Quisiera rechazarlo sin hacerle daño. Sé que detrás de sus muestras de cariño hay esfuerzo de por medio, me gustaría que se aleje sin que cambie su forma de cortejo con otras mujeres. Algo en mí me invita a ceder y a darle una oportunidad, pero no quiero salir lastimada nuevamente por un hombre falso. ¿Qué me aconseja, señora Moro?
OJO al consejo
Estimada Lucía, no le cierres a tu corazón las puertas del amor. Puedes estar asustada al no saber si debes confiar en este nuevo muchacho. Pero tampoco es buena idea negar oportunidades cuando son bien intencionadas. ¿Sientes interés por este chico? Conócelo un poco para asegurarte que sea una buena persona, si no te convence, recházalo. No te quedes con la duda.