Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Rolando, de 48 años, que vive en Comas:
Hola doctora Moro, no sabe cuánto deseo que, entre tantas cartas que recibe, pueda escoger la mía y ayudarme a solucionar un problema que me tiene loco. Resulta que Lorena, mi suegra, se quiere mudar con nosotros y siento pavor de que eso se haga realidad.
Hace 20 años me casé con Pierina y, entre idas y venidas, hemos logrado mantener unida nuestra familia. Tenemos tres hijos: el mayor tiene 18 años, el segundo 15 y el último 3 años. Ser padres después de más de una década ha llevado nuestra relación a una crisis, pero estamos intentando manejarla de la mejor manera.
Mi suegra se ha encariñado demasiado con mi último bebé. Como hace menos de un año enviudó, intuyo que ha encontrado felicidad en este nieto. Por esta razón, le ha pedido a mi pareja mudarse a vivir con nosotros. Yo no tendría problemas si Lorena no fuera una entrometida, que cree que siempre sabe todo. A lo largo del tiempo, se ha ido ganando a pulso mi rechazo, pero a ella le tiene sin cuidado.
Su petición ha provocado fuertes discusiones con mi mujer. Es comprensible que ella quiera acoger a su madre, sobre todo porque ahora está sola. No obstante, mi más grande temor es que por su presencia termine separándome de mi pareja. No sabe lo conflictiva que puede ser esa señora. Lamentablemente, mi mujer solo me ve como el villano de la novela y no entiende razones. ¿Qué hago?
CONSEJO
Estimado Rolando, si para tu pareja es demasiado importante este tema, creo que ambos tienen que evaluarlo minuciosamente y expresar con sinceridad los pro y contra de esta decisión. Con sutileza, habla con tu esposa y dile que tu más grande temor es que la relación se resquebraje por la intervención de un tercero. Intenten llegar a un acuerdo que beneficie a ambos. Suerte.