Magaly Moro
Teodoro (30 años, La Molina). Doctora Magaly, le escribo para compartir mi caso con usted y así pueda recibir algún consejo. Desde ya le agradezco mucho por sus sabias palabras.
Sucede que, a lo largo de mi vida, siempre he conocido señoritas con las que intentaba formar un vínculo, enamorarlas y construir una relación sólida, pero me he rendido porque en el camino siempre se aprovechan de mi generosidad. Me quiero lo suficiente para no dejar que me lastimen más.
Recientemente, empecé a salir con una chica de 25 años llamada Brillith. Durante el cortejo le di de todo. Siempre me gusta complacer con detalles a la persona con la que estoy saliendo, pero conforme avanzaron las cosas me di cuenta de que era yo quien ponía más en la relación. Tengo mucha iniciativa, las invito a salir, soy atento con ellas, les ofrezco mi atención y cuidado, pero nunca parece ser suficiente para ser digno de algo de amor. He perdido por completo toda la esperanza.
Me siento utilizado, doctora. Mis relaciones avanzan bien hasta un punto donde, antes de formalizar, me abandonan o me piden un tiempo. He empezado a creer que hay algo malo conmigo, pero no logro comprender qué es. Sospecho que la diferencia de edad puede ser un factor porque muchas chicas con las que he intentado algo necesitan más atención de la que puedo dar. No quiero quedarme solo, pero cada mujer que conozco es una desilusión más para mi pobre corazón. ¿Cómo puedo afrontar todo esto?
OJO al consejo
Estimado Teodoro, no bajes la cabeza. Desesperarse por encontrar el amor puede llevarnos a tomar malas decisiones. Busca compañeras que se preocupen por tu bienestar más que por aquello que les puedes ofrecer. Cuando conozcas a una nueva señorita, procura conocerla por un tiempo antes de empezar a entregarles detalles. No des todo fácil desde un inicio.