Conoce los mitos y verdades sobre las bebidas energizantes

Los energizantes se han convertido en la bebida favorita para muchos, debido a la necesidad de “recuperar la energía perdida", pese a ello existen varias dudas sobre la seguridad de ingerir este tipo de productos por los ingredientes que contienen, los que han hecho que se cree el mito sobre el “cóctel mortal”. 

Para saber la verdad sobre sus beneficios o riesgos, el Ingeniero químico Agustín López Munguía, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM de México, explica que el cuerpo es una máquina consumidora “energéticamente costosa”. 

Siendo específicos, una persona adulta de 70kg de peso, necesita de al menos 1,500 calorías para permanecer 24 horas en cama acostado tan solo para que esa energía le permita respirar, pensar, hacer fluir la sangre por el organismo y filtrarla, digerir lo que come, reponer células muertas, pasar saliva, pestañear, etc. Cuando consumimos energía, buscamos reponerla de inmediato.

Y como las promesas de las bebidas energéticas son: incrementar la resistencia física, mejorar la concentración, aumentar el estado de alerta mental y proporcionar el empuje que encenderá nuestro ánimo, muchos la adquieren.

No obstante, estas propiedades son difíciles de constatar científicamente, ya que se trata de cuestiones un tanto subjetivas para el consumidor. Hay perciben diferencia alguna al consumir estas bebidas, otras que se sienten mejor y disfrutan de este “empuje” de ánimo y quienes son más sensibles a ellas y al ingerirles se ven sobre estimuladas. 

Aunque, salvo por la cafeína y las vitaminas, ningún ingrediente contenido en dichas bebidas es “energizante” o “revitalizador” por sí mismo, y no hay evidencia para afirmar que alguno cumpla con tales promesas.

Las bebidas energéticas en su mayoría contienen: vitaminas del complejo B, presentes en una amplia gama de alimentos desde verduras hasta cereales; cafeína (la cantidad de cafeína que aporta una bebida energética no es alarmante);  taurina, uno de los aminoácidos más abundantes en los músculos y sistema nervioso y aporte calórico (azúcar). 

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