Un estudio publicado por Cochrane revela que tener contacto piel a piel con nuestros hijos durante los primeros 5 meses mejora su desarrollo neurológico, favorece un coeficiente intelectual alto y bajan los niveles de agresividad.
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Al cargarlo en tus brazos y pecho sintiendo su piel desnuda sobre tu piel le ayudas a ser más inteligente, a tener una buena memoria y evitar que se vuelva agresivo, según especialistas. Además, existen otros beneficios para hacerlo, como destacan desde ‘Naran Xadul’:
1. Favorece la lactancia. El bebé aprende a succionar más rápido.
2. Mantiene y regula la temperatura del pequeño
3. Se reducen los episodios de llanto, al sentirse más seguro y protegido
4. Se estrechan los vínculos entre madre e hijo. Se fomenta un apego positivo
Sin duda los brazos de una mamá son únicos, nos hacen sentir seguros y amados. Incluso, aún cuando somos adultos y afrontamos alguna situación difícil, cuando recibimos un abrazo de nuestra madre o de algún ser querido cercano, todo mejora y sentimos que podemos resolver cualquier cosa.