El mal de ojo consiste en el mito popular de que una persona puede ocasionar voluntaria o involuntariamente algún tipo de mal, terrible dolor u maldición a otra por el solo hecho de observarlo. ¿Pero qué lo motiva? Conforme a las creencias, todo se origina por la envidia, celos o resentimiento.
Un número de sociedades aseguran que los síntomas varían de acuerdo a la edad del afectado, pero también de quien produjo el mal desde un inicio. De esta forma, se ha establecido que una persona con mal de ojo empezará a sentirse nerviosa, asustada y agitada sin razón aparente, para luego presentar las siguientes características:
Los más pequeños. En ellos, podría verse reflejado en llanto incontrolable, diarrea, brotes de piel y pesadillas. También es posible determinar si existe falta de apetito o vómito continuo luego de comer.
Los adultos. Los síntomas se manifiestan generalmente con fiebre, insomnio, escalofríos e incapacidad de concentración. Asimismo, también se le relaciona con la mala suerte y pérdida de dinero o negocios.
PROTECCIÓN. Existen varios elementos usados desde la antigüedad para combatir y protegerse del mal de ojo. Estos pueden ser de origen vegetal, animal o mineral, de acuerdo a la filosofía de cada persona.
- Amuletos. Construidos de hierro o plata, sirven para neutralizar las energías negativas. En los niños recién nacidos, de acuerdo a la religión judía y católica, el hilo rojo atado a sus muñecas es de suma eficacia. El uso de huayruro en estos casos también es popular.
- Monedas de plata. Se pueden encontrar con grabados de águila, halcón, cuervo o con un agujero en medio. A ellos se suma un objeto utilizado por los musulmanes, la “Mano de Fátima”, que se lleva como colgante sobre la pared y que representa el poder, la autoridad y el dominio.
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