El 13 de enero se celebró el Día Mundial del Chicle, una fecha que nos invita a reflexionar sobre este popular hábito que ha acompañado a generaciones a lo largo de los años. Para muchos, masticar chicle no solo es un placer cotidiano, sino que también está lleno de beneficios sorprendentes para la salud, además de despertar nostalgias de la niñez. Aunque su origen exacto es incierto, lo que no cabe duda es que el chicle sigue siendo un compañero infaltable en las actividades diarias de millones de personas.
Aparte de sus sabores y texturas, que tanto nos cautivan, masticar chicle tiene efectos positivos que quizás no todos conocemos. Aquí te contamos algunos de los principales beneficios:
1. Reduce el estrés y mejora la concentración
Según Joyce Martínez Gallindo, PhD en Neurociencias, la acción de masticar chicle activa diferentes redes neuronales en el cerebro, lo que contribuye a reducir los niveles de estrés y aumenta nuestra capacidad de concentración. ¡Un pequeño alivio en medio de la jornada!
2. Mejora la circulación sanguínea en el cerebro
La odontóloga Luz María Montoya de Greiff señala que el simple acto de masticar incrementa la frecuencia cardíaca en tres latidos por minuto, lo que permite que el cerebro reciba un mayor flujo de sangre. Este aumento en la circulación puede tener efectos positivos sobre nuestra alerta y rendimiento mental.
3. Ayuda a Controlar la ingesta calórica
Un dato interesante es que masticar chicle puede quemar entre 8 y 12 calorías por hora. Este proceso ocurre porque la masticación estimula la liberación de insulina, que no solo ayuda a procesar los azúcares que ingerimos, sino que también está relacionada con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
En un contexto global, donde muchos buscan productos que les conecten con la nostalgia de la infancia, un estudio realizado por Mondelez Internacional muestra que el 68% de los consumidores prefieren snacks que les traigan recuerdos del pasado. Y entre esos productos, Bubbaloo se mantiene como un ícono, ofreciendo no solo deliciosos sabores, sino también un toque de innovación constante.
Bubbaloo: el chicle revolucionario
Cuando Bubbaloo hizo su aparición en el mercado en 1983, lo hizo con una propuesta única: chicles con un centro líquido, una innovación que marcó un hito en la industria. Su sabor Tutti Frutti cautivó a muchos, y con el tiempo llegaron más opciones como fresa, manzana verde, plátano, menta y más. Su mascota, Bubba, un gato tuxedo con lentes oscuros, se convirtió en un símbolo fácilmente reconocible de la marca.
Gracias a su capacidad para reinventarse, Bubbaloo sigue siendo un referente, ahora bajo el paraguas de Mondelez Internacional, que adquirió Cadbury Adams en 2016. Hoy, la marca se encuentra presente en 25 países de Latinoamérica y Europa, consolidándose como uno de los chicles más queridos por los consumidores.
En Perú, el mercado de los chicles mueve una cifra impresionante de 483.3 millones de soles, y Bubbaloo sigue siendo el líder indiscutido en la categoría de chicles bomba. Con un 8.3% del mercado, la marca se posiciona como la tercera más popular en el país, según el último informe de Euromonitor.
Masticar Chicle: un hábito que nos acompaña y nos beneficia
Así que la próxima vez que disfrutes de un chicle, recuerda que no solo estás saboreando algo delicioso, sino que también estás aprovechando los beneficios que este hábito puede ofrecer a tu mente y cuerpo. En este Día Mundial del Chicle, celebremos cómo un pequeño gesto como masticar puede mejorar nuestra salud y nuestra concentración, además de hacernos viajar a esos momentos felices de la niñez. ¡Es hora de seguir disfrutando con más razones para masticar!
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