Toda madre quiere proteger a su hijo del mal que esconde el mundo. Sin embargo, hay que exageran y solo quieren encerrarlos en una burbuja con la falsa idea de que es mejor para ellos. Con el tiempo estos niños crecen con serios problemas emocionales que solo podrán ser solucionados con ayuda psicológica.

Si usted es una madre que no puede vivir sin la idea de vigilar a su hijo, le recordamos los daños que puede sufrir ya en la adultez si sigue adoptando ese tipo de actitudes poco sanas para ambos.

Poca confianza en sí mismos

La sobreprotección genera sentimientos de poca valía personal y desconfianza en uno mismo y en sus propias capacidades para resolver problemas. Así pues, los niños sobreprotegidos no serán capaces de afrontar dificultades, ya que están acostumbrados a que alguien más lo haga por ellos.

Personas miedosas y con ansiedad

Esto sucede cuando están bajo constantes advertencias como: “no cortes eso porque te lastimaras”, “bájate de allí o te romperás una pierna”, “no salgas de noche porque te puede pasar algo”. Aunque parezcan frases inofensivas, el niño crecerá con la idea de que todo es peligroso.

Dependientes emocionales

Además de la poca o nula habilidad social, buscará constantemente la aprobación de las personas de su entorno para hacer algo o esperar que alguien más lo anime a hacerlo.

Poca tolerancia a la frustración

Ante el primer fracaso o decepción no serán capaces de reconocer sus sentimientos y es probable que muchos niños sobreprotegidos crezcan con conductas agresivas o demasiado depresivas.

Consejos clave

  • Confíe en sus hijos y deje que ellos decidan por sí mismos sin importar su edad.
  • No sea controladora y permita que disfruten de las nuevas experiencias solos.
  • No le transmita sus propias expectativas, deje que ellos mismos creen las suyas.
  • Respete su espacio personal, no es necesario estar todo el día a su lado. Sea una guía y no una espía.
  • Establezca reglas dentro de la casa para que usted no tenga que hacer todo.
  • Ante cualquier error, dígale a su hijo lo que debió hacer para evitarlo y no lo victimice.