El estrés financiero es una sensación de ansiedad y preocupación que surge  a raíz de los  problemas económicos. Es una situación común que afecta tanto a quienes enfrentan deudas, como a los que enfrentan dificultades para cubrir sus gastos mensuales. Las consecuencias de esta angustia pueden derivar en problemas para conciliar el sueño, ansiedad y cambios en el apetito. En esta nota proporcionamos algunos consejos para gestionar esta carga emocional y recuperar el control.

IDENTIFIQUE EL PROBLEMA. Comprenda la causa de su preocupación. Haga una lista de sus gastos, ingresos y deudas; esto le ayudará a identificar qué aspectos necesita regular en su vida financiera.

ELABORE UN PRESUPUESTO. Establezca un límite para cada categoría de gasto y priorice necesidades básicas como vivienda, alimentación y transporte.

RECONOZCA LOS GASTOS HORMIGA. Los pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia. Reduzca las compras innecesarias, como golosinas y suscripciones, para disminuir gastos.

CONSECUENCIAS. Usualmente el estrés financiero puede desencadenar más de un problema. La pérdida o aumento de peso suele ser una de ellas. Aunque también suele cambiar el comportamiento de quienes lo sufren ocasionando aislamiento social, depresión y problemas en sus relaciones personales.

ASESORÍA PROFESIONAL. Si sus problemas económicos están fuera de control, considere invertir en una asesoría con un experto. De esta forma, podrá tener un plan de acción bien estructurado que se ajuste a su situación y le brinde herramientas efectivas para lograr la estabilidad financiera a largo plazo.

GESTIÓN FAMILIAR. Luchar contra una crisis financiera si tiene una familia suele ser más difícil por los gastos que conlleva. En este caso, lo mejor es comunicar la situación a sus parientes para que estén al tanto y acepten los cambios previstos, fomentando así un ambiente de apoyo y comprensión.

16,7 % de ciudadanos desempleados se reportó en el último año, es decir más de un millón de peruanos, según el INEI.

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