Disfrutar de la lonchera es tal vez uno de los momentos más esperados por los estudiantes en los recreos y uno de los más importantes para continuar la jornada escolar. Se estima que el refrigerio escolar debe aportar entre el 10% al 15% de los requerimientos energéticos totales del día. Es por ello que, en su preparación, la principal preocupación de los padres es brindarles a sus hijos las calorías y nutrientes que garanticen la energía necesaria para un buen rendimiento en las horas de clase.

En ese sentido, Claudia Ontaneda, directora de la carrera de Nutrición y Dietética de la UPC, recuerda qué alimentos evitar al momento de preparar una lonchera escolar y cómo cambiarlos por opciones más saludables:

1. Snacks salados.

Aunque puede ser tentador y agradable para el niño, es conveniente no incluirlos, ya que suelen tener un alto contenido de grasa saturada y sodio. Las grasas saturadas pueden aumentar el colesterol en la sangre, mientras que el sodio en exceso puede generar retención de agua en el cuerpo, generando problemas de inflamación y aumento de peso.

2. Bebidas artificiales.

Hay una extensa lista de bebidas que aparentan ser saludables porque dicen contener vitaminas e ingredientes naturales; sin embargo, la mayoría de ellos contienen altos niveles de azúcar, preservantes y colorantes. Es el caso de los jugos en cajas. Por suerte, la legislación en materia de defensa del consumidor hoy exige que un etiquetado que alerte al consumidor y por ello, lo recomendables es optar con zumos naturales o infusiones.

3. Embutidos.

Es mejor prescindir de ellos, ya que son alimentos, en general, bastante procesados, altos en calorías, grasas saturadas con preservantes y sal. Existe evidencia de que pueden causar daños a la salud si abusamos de ellos, por lo que es mejor evitarlos. En su reemplazo es mejor optar por el huevo sancochado, queso o atún.

4. Cereales azucarados.

Son altos en calorías y azúcar, e incluirlos muy seguido en la lonchera escolar puede afectar la salud de los infantes, ya que su consumo desmedido se puede asociar a inicios de diabetes, obesidad y caries dentales. A cambio se sugiere optar por cereales de origen natural.

5. Pasteles:

Son productos procesados que aportan nutricionalmente muy pocos nutrientes y una alta carga de calórica para los menores. Por ello, es preferible evitarlos y optar por alternativas saludables y deliciosas como una ensalada de frutas.

OJO AL DATO:

Darle color a nuestra alimentación es fundamental para garantizar la variedad de macro y micronutrientes. Para construir este arco iris alimenticio, podemos tener en cuenta grasas saludables como los frutos secos, maní, mantequilla de maní, pecanas, nueces; carbohidratos, como panes integrales o cereales no ultra procesados; alimentos formadores, que tengan una rica fuente de proteínas como el huevo, pollo, atún, queso; alimentos reguladores, como las frutas y verduras; hidratantes para mantener el cuerpo con líquidos. Todas estas opciones tienen variedad de colores y son nutricionalmente saludables.

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