Cuando en casa se tiene niños menores de 6 años y mascotas, se debe tomar precauciones para evitar que la convivencia sea difícil, pues muchas veces no saben tratar con delicadeza a su animal y termina ocurriendo un accidente. Por eso, es muy importante enseñarles a respetar a los animales, tanto por la seguridad de las mascotas como la de ellos mismos. Por ejemplo, en el caso de un conejo, cuando este animal se siente acorralado puede arañar y lastimar o asustar a un pequeño; si esto ocurre se puede aprovechar para explicar al niño que es lo que molestó al conejo y que no debe volver a hacerlo.
Si el conejo suele andar suelto por la casa, conviene dejar su jaula u otro sitio donde esconderse siempre disponible, de modo que si el juego se torna muy brusco él tenga dónde refugiarse. Será necesario explicar varias veces las mismas cosas a un niño, pues su energía y curiosidad son más fuertes que su memoria, pero el esfuerzo vale la pena.