Se habla mucho del reloj biológico de la mujer y del tiempo que tiene para concebir; mientras que del hombre siempre se ha dicho que puede tener descendencia sin plazos determinados. Al respecto, un estudio realizado en París por el Centro de Reproducción asistida Eylay señala que a partir de los 35 años los varones reducen sus posibilidades de fecundación.
Dicho estudio sobre la capacidad reproductiva de los varones advierte que si el padre tiene entre 30 y 34 años de edad, los riesgos que el embarazo se interrumpa por un aborto espontáneo son de un 16,7%. El porcentaje asciende a un 19,5% entre 35 y 39 años y en el caso de los mayores de 40 la cifra se dispara a un 33%.
Las posibilidades de embarazo bajan con los años porque el ADN de los espermatozoides, los que transmiten información genética al óvulo, sufren mayor fragmentación.