Muchas veces hemos escuchado sobre el Ying y el Yang, fuerzas que según la filosofía oriental significan dualidad y complemento de cualquier idea, objeto, ser o pensamiento que existe sobre el universo. Por tanto, los alimentos no podían dejar de formar parte de esta sencilla ideología que le servirá para fortalecer algunas zonas del organismo.
Dentro del Yang se encuentran los alimentos calientes y tibios que son grandes estimulantes para generar calor; mientras que el Ying alberga a los alimentos fríos que lo ayudarán a refrescar algunos órganos del cuerpo.
Por eso, si usted sufre de enfermedades calientes del Yang como la fiebre o hipertensión, deberá consumir comidas frías del Ying como la soya de cultivo ecológico, sandía, nabos, col, peras y limones. Pero, si tiene problemas con enfermedades frías del Ying como la anemia, escalofríos o fatiga, entonces trate de comer alimentos del Yang como mangos, zanahorias, zapallos, calabaza y miso (fermento de soya).
El Ying y el Yang también se asocian como el sabor de los alimentos y los órganos de nuestro organismo. De esta manera, se obtiene que el dulce influye en las zonas del páncreas y estómago; el amargo se mueve hacia el corazón e intestino; el agrio tiene afinidad con el hígado y vesícula; el picante con pulmones e intestino grueso y el salado con los riñones y vejiga.