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El sueño de tener a nuestro hijo en brazos no tiene porque convertirse en una pesadilla. Si bien, cuando llega el momento, nos sentimos dichosos, existe también la posibilidad de llenarnos de angustia conforme el pequeño crece. Así por ejemplo, podemos llenarnos de dudas al intentar ser perfectos y sin darnos cuenta podemos perder el control de la situación.

 

Es decir, más allá de la alegría de ser padres puede presentarse en uno ansiedad. El querer ser mejores padres, lo cual es bueno, pero en vez de llevarlo de la mejor manera, caemos en nervios y cosas como “no tengo paciencia”. Y todo esto no hace más que alejarnos de nuestros buenas intenciones para educar a nuestros hijos.

 

Hay que recordar que nadie nace sabiendo cómo ser padre. Es algo que no se enseña en escuelas o universidades, sin embargo, existen instituciones que pueden orientarnos en esta difícil tarea. Esto es importante si se toma en cuenta que uno por los hijos es capaz de tomar medidas, una de ellas es buscar ayuda como la de un experto.

 

También es válido leer material especial dirigido a padres. Tanto como libros como videos pueden ser de mucha ayuda sobre temas de educación y cuidado de los hijos. Lo importante es tener decisión para ello. Es decir, si creemos estar fallando, hay que hacer todo lo necesario para revertir la situación y hallar las mejores soluciones.