Durante lactancia materna se genera un fuerte vínculo emocional entre la madre y el recién nacido. Pero esta práctica, además, proporciona todos los nutrientes que el menor necesita. No por nada, la OMS y la UNICEF la recomiendan como la alimentación exclusiva hasta los 6 meses y complementaria hasta los 2 años o más.

En conmemoración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se llevó a cabo la primera semana de agosto, Kimberly-Clark y su marca de cuidado infantil Huggies, comparten los beneficios de amamantar para el desarrollo del neonato.

NUTRICIÓN ÓPTIMA. La leche materna contiene una combinación de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales esenciales que son altamente nutritivos para los recién nacidos.

FORTALECE EL SISTEMA INMUNE Y COGNITIVO. Los factores inmunológicos presentes en la leche materna estimulan la producción de células inmunitarias en el bebé, potenciando su capacidad para combatir infecciones futuras.

MEJOR DIGESTIÓN.  La leche materna posee enzimas digestivas naturales, como la lipasa, que ayudan a reducir la incidencia de cólicos, estreñimiento y otras molestias digestivas.

MENOR RIESGO DE ALERGIAS. Los bebés amamantados tienen menos probabilidades de desarrollar asma, eczema, diabetes tipo 1 y tipo 2, y obesidad infantil.

PROMUEVE EL VÍNCULO EMOCIONAL. El contacto físico cercano, el calor y la atención durante la lactancia crea una conexión que proporciona bienestar y calma al bebé.

OJO AL DATO

El Dr. Jorge De La Vega, de Clínica San Juan de Dios Lima, afirma que es común sentir frustración durante la lactancia por problemas con el agarre, la producción de leche o el cansancio.

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