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Si te preocupan las ETS, la posibilidad de quedar embarazada o los inevitables lazos afectivos que se crean con las relaciones sexuales tradicionales, el sexo virtual -más conocido como cibersexo- resultaba una excelente alternativa. No obstante, tiene algo en contra: la privacidad es difícil de asegurar en Internet.

A fines de febrero, un reportaje del diario inglés The Guardian informó que la inteligencia británica, con ayuda de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU., había interceptado imágenes de webcam de 1,8 millones de cuentas de usuarios alrededor del mundo. Queda demostrado que para un hacker no es difícil invadir la vida privada de la gente.

Otro peligro del cibersexo es la posibilidad de sufrir chantajes o extorsiones posteriores. Imagina que conoces a alguien, empiezas a hablar con esa persona por la web y poco a poco la relación se vuelve sexual. De pronto estás participando en juegos eróticos que incluyen desnudos. Todo va bien hasta que ese desconocido te comunica que tiene videos y fotos tuyas y pide dinero a cambio de no hacerlas públicas ante tus padres o amistades. O peor aún, enseñárselas a tu pareja si es que has estado portándote mal.

Para evitar que estas cosas sucedan, te recomendamos:

-No tener cibersexo con desconocidos (aunque los conocidos, a veces, tampoco son de fiar).
-No mostrar la cara.
-No enseñar más de lo que deseas. Si te sientes presionada, probablemente no es una buena idea continuar con la charla.

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