¡Increíble! ¿Por qué el segundo amor es mejor que el primero?

Las películas modernas y los libros populares nos han llenado la cabeza de ideas en las que el amor verdadero es solamente el primero. Miles de canciones, películas y novelas tienen a este como su protagonista, sea cual sea su desenlace.

Estas ideas cobran mayor fuerza en la adolescencia, momento en el que se suele sentir por primera vez el cosquilleo del amor. Esto lleva a la idea de que la primera relación nunca se olvida y dura para toda la vida.

La intensidad de las primeras experiencias emocionales hacen que las cosas parezcan eternas. Es por eso que cualquier separación se ve como un reverendo fracaso y cualquier separación causa nostalgia y depresión.

La idea de que todo tiempo pasado fue mejor acompaña a las personas por mucho tiempo, por supuesto habrá algunos que realmente puedan encontrar el equilibrio y mantener su relación a lo largo del tiempo.

Pero el amor adulto ofrece una mayor gama de posibilidades, aunque no sea el tema de los poetas y artistas. "El amor maduro es beneficioso porque ha sido trabajado tanto a nivel individual como de pareja. La principal diferencia entre un vínculo de este tipo y uno adolescente se halla en el nivel de intensidad de nuestras emociones. Los más jóvenes se entregan hasta la saciedad y pierden la perspectiva", señala la psicóloga y sexóloga Cristina Callao para El País.

La idealización del amor romántico puede llevar a que resulte complicado abandonar una relación conflictiva. “El factor de enganche se debe a que en las relaciones turbulentas hay lunas de miel; es decir, reconciliaciones continuas que permiten que vuelva a florecer el sentimiento de ilusión y esperanza para poder seguir con ella, pero no deja de ser algo irreal. Uno de los factores que más dificulta la situación es la idealización, tanto la de la otra persona como la de la relación en sí”, advierte Callao.

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