¿Por qué las mujeres hacen más ruido que el hombre durante la intimidad?
¿Por qué las mujeres hacen más ruido que el hombre durante la intimidad?

Una de las preguntas que muchas personas se plantean a menudo en relación con la intimidad es la siguiente: ¿por qué las mujeres tienden a gemir más que los hombres durante el encuentro sexual? Existen razones que se atienen únicamente al género femenino, pese a que también ellos pueden ser ruidosos en algunas ocasiones.

1. Se trata de una respuesta automática

Como si se tratase de un reflejo, al momento del primer contacto con el hombre, o sea, la penetración, las mujeres tienden a reaccionar como ante un golpe o una sensación agresiva. De allí que el gemido sea casi un efecto inconsciente cuando las personas tienen relaciones sexuales. 

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2. Aumenta la confianza de pareja 

Durante los momentos más culminantes de las relaciones de intimidad, tanto los suspiros como los gemidos pueden ser una gran muestra de afectividad y de confianza con tu pareja. Es prácticamente un sinónimo de que no solo se tienen confianza en el otro, sino con uno mismo. Esto puede aumentar el placer tanto en el hombre como en la mujer. 

3. Para excitarlo  

Otra de las razones por las que los gemidos son peculiares en las mujeres es que lo hacen, una vez obtenida la confianza entre ambos, es que se asemejan mucho al de las actrices porno; sin embargo, no es necesario llegar hasta esos niveles de ruido. Basta con unos pequeños para calentar más la situación.

4. Para mostrarle el camino

En caso de que tu pareja no sea muy experto en la cama, los gemidos pueden ser una buena guía para alcanzar el placer mutuo. Es la vía adecuada para llevarlo a los lugares o besos donde te sientas más cómoda. Recuerda que no debes fingir, sino que es prácticamente una reacción ante las primeras veces. 

5. Para alcanzar el orgasmo

El ritmo de la respiración cambia radicalmente durante los encuentros sexuales, así que los gemidos son producto de la aceleración sanguínea y la excitación. Probarlo es la mejor manera de dar fe de las bondades de los gemidos. 

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