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Regurgitar la leche no es algo grave o raro en los bebés. Como máximo puede ser un problema para los padres que tienen que sacarse de encima los trozos de leche digerida a cada momento. Sin embargo, es importante disminuirlos porque en el fondo son reflujos gástricos y pueden prevenirse, por ejemplo, evitando sacudir al niño antes de darle la leche.

 

Tratamiento y medidas

Pero cuando el reflujo es continuo, hay que pararlo y lo más eficaz es darle un antiácido o un antihistamínico, recetado por el médico. Algunas medidas más simples que se pueden tomar en casa incluyen estas tres:

 

1. Elevar la cabecera de su cuna para que el reflujo no le venga cuando duerme.

2. Colocar su cabeza más arriba que su estómago al comer.

3. Darle tomas con tranquilidad, dejando que eructe y que descanse tantas veces como lo necesite.