¿Saludo con beso?, costumbre de cuidado
¿Saludo con beso?, costumbre de cuidado

Carmen se muestra orgullosa cuando Francisco, su hijo de cuatro años, demuestra su buena educación cuando, de manera casi automática, reparte a diestra y siniestra besos en la mejilla a familiares, amigos y desconocidos a manera de saludo cuando asiste a una reunión. Dicho acto, que puede interpretarse como una muestra de afecto y respeto del niño hacia los adultos, pueden resultarles incómodos por ser actos obligatorios, más aun cuando ya van creciendo y se sienten avergonzados a hacerlo.

Darcy Cubas, psicóloga especialista en Terapia Conductual Cognitiva, explica que “saludar con un beso en la mejilla es un hábito común en nuestra sociedad, y si bien es un acto de respeto, lo que importa es que el niño se sienta cómodo al hacerlo; como padres debemos poner los límites sobre a quien debe darle esta muestra íntima de afecto, ya que no debemos obligarlo a hacerlo con quién no conoce pues se sentirá incómodo y utilizado”.

Ten en cuenta

Saludar sin besos no hace daño
Por el contrario a lo que se piensa, enseñar otras formas de saludo en los niños como dar la mano les abre un abanico de posibilidades, que no interrumpe con su proceso de socialización ni demuestra una mala educación, por el contrario le enseñará que todos somos diferentes.

Si no desea hacerlo respeta su decisión
No es una norma que saluden con besos y si no desea hacerlo: los familiares, amigos y vecinos deben entenderlo. Es importante que los padres no piensen en el qué dirán, pues es el niño sabe a quien dirigir su afecto. Obligarlos los hace vulnerables.

Los picos con los padres no son malos
Es una costumbre bastante difundida la cual no tiene nada de malo pues no existe connotación sexual. Por lo general está costumbre se va perdiendo con la llegada de la adolescencia, pues es la etapa donde se desarrolla el pudor.

No lo regañes para que cambie de actitud
Los castigos y regaños no funcionan como método de corrección si es que el niño está acostumbrado a saludar de esta manera. Los padres deben enseñarles a diferenciar y poner los límites en los saludos con la familia y con desconocidos.

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