El niño que gana peso y que, según el control pediátrico, excede el rango de normalidad para su talla es un menor en sobrepeso u obesidad, en lenguaje popular, un niño gordito y requiere atención.
Los problemas de peso ocurren por los hábitos dietéticos, es decir, hay malas prácticas en la alimentación. Estudios muestran que las bebidas azucaradas son el primer factor de ganancia de peso, alimentos ultra procesados (galletas, cereales azucarados, etc.), así como los alimentos ricos en calorías y pobres en nutrientes (hojuelas de papa frita, golosinas, etc.) que engordan al niño y no los nutre.
Otro factor es el poco movimiento físico y también la mala percepción sobre la cantidad de comida que requiere el menor o el número de veces que se le da alimento o bebida. Para corregir esto, no solo se necesita elaborar pautas de alimentación al menor, sino un entrenamiento a los padres o cuidadores sobre una dieta adecuada.
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