Cada 4 de marzo se celebra el Día Internacional de la Concientización sobre el Virus del Papiloma Humano (VPH). La fecha está destinada a crear conciencia respecto a la estrecha relación entre las infecciones provocadas por este agente y el desarrollo de lesiones malignas, como el cáncer de cuello uterino.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una infección por VPH se transmite principalmente por contacto íntimo. La mayoría de personas se contagia al empezar sus experiencias sexuales y “cerca del 90% se infectará por el VPH en algún momento de su vida”.

Al respecto, el Dr. Manuel Vásquez, ginecólogo del Centro Médico Urozen, explica que existen dos clases de infecciones por VPH. Las de bajo riesgo, que son las más comunes, se manifiestan temporalmente, remiten solas y llegan a producir verrugas en genitales, ano, boca o garganta. Y las infecciones de alto riesgo que son las que pueden ocasionar la aparición de neoplasias, como el cáncer de cuello uterino, entre otros.

“Existen en torno a 200 variaciones de VPH, de los cuales 14 se consideran de alto riesgo, siendo las variantes 16 y 18 las responsables de al menos el 70% de los casos de cáncer de cuello uterino. No obstante, en la actualidad existen métodos muy eficaces para prevenir y tratar de forma integral este mal”, agrega el especialista.

En ese sentido, el profesional de la salud nos ofrece cuatro estrategias con el fin de aprender cómo prever y controlar las afecciones provocadas por el VPH:

1. Vacunación. Con el fin de mejorar su eficacia, se recomienda aplicar la vacuna antes de empezar la vida sexual. El rango de edad está entre los 9 y 13 años. El esquema completo consiste en dos dosis en un tiempo no mayor a los seis meses. Tanto hombres y mujeres pueden y deben inmunizarse. Pasada esa edad todavía es posible vacunarse. De ese modo, no solo se protegerá de las variantes responsables del desarrollo de cáncer de cuello uterino, sino también contra las que producen verrugas.

2. Examen de Papanicolaou. En esta evaluación se extrae una muestra de células de la superficie del cérvix y se examina al microscopio. Se buscan cambios en la morfología celular o la presencia de lesiones precancerosas para tratarlas en etapas tempranas.

3. Prueba del Virus del Papiloma Humano. Este análisis se basa en detectar la presencia de ADN del VPH en el cuello uterino, se encuentre activo o no. Puesto que el virus puede estar presente tanto en una etapa sin lesiones, como en las fases precancerosas. El localizar el material genético, en periodos asintomáticos facilita el tratamiento. También identifica lesiones cancerosas en estadios iniciales, permitiendo un mejor pronóstico. La OMS aconseja este método a partir de los 30 años con una frecuencia entre 5 y 10 años.

4. Tratamiento. Si se encuentran indicios de lesiones precancerosas o probables hallazgos de cáncer, se debe remitir inmediatamente a un especialista para iniciar la terapia.

“En el Perú, anualmente 2200 mujeres pierden la vida a causa del cáncer de cuello uterino. Es necesario recalcar que, a diferencia de otras neoplasias, en esta patología la prevención juega un papel protagónico. El cumplir con el esquema de vacunación, acudir a los chequeos rutinarios o comenzar un tratamiento de forma oportuna aumentan las probabilidades de revertir la estadística actual”, finaliza el Dr. Vásquez.

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