Con su agrupación, “Chapulín el Dulce” trabaja para que el Gobierno reconozca a la música chicha como parte del folclore nacional.
Con su agrupación, “Chapulín el Dulce” trabaja para que el Gobierno reconozca a la música chicha como parte del folclore nacional.

Omar Vargas

“Recuerdo llenar la Carpa Grau con el diario OJO e incluso le compuse una canción, ‘Ojito, el diario del pueblo y la capital’”. Así, con esa frase, Julio Simeón Salguerán, más conocido como “Chapulín, El Dulce” inicia la conversación con este medio. Tiene 65 años y 45 de vida artística, por lo que es considerado una leyenda viva de la música chicha. En esta oportunidad nos habla del porqué sigue soltero y del gran éxito que tiene con Los Shapis.

Eres el último ícono de la música chicha

No quiero vanagloriarme o ser pana, pero el pueblo te indica a qué lugar perteneces, cómo cantas y te califican; pero en el ambiente de la música, si te hablan de “Chapulín el Dulce”, te van a decir que es el “number one”.

“Chacalón” y Néctar ya no están, ¿eres una leyenda viviente?

Bueno, Néctar copió canciones de Perú, lo grabaron en Argentina y gustó bastante, al igual que el grupo Caricias. Recuerdo que me los encontré en un viaje en tren y llevaban casetes de música peruana, incluida de Los Shapis y empiezan a grabar con los músicos que radicaban en Argentina y pegó. En cambio con “Chacalón”, somos muy diferentes, porque nuestro público es distinto. “Chacalón” tenía un público más movido, en cambio nuestros seguidores son ambulantes, amas de casa, choferes, policías, médicos, estudiantes.

¿Sigue dando su vueltecita clásica?

No, ahora tengo que cobrar 300 dólares para hacer la vueltecita ¡Ja,ja,ja! Eso fue una originalidad, una creación mía que pegó en el mundo. Ahora ni sonso doy la vuelta gratis.

¿Por qué hasta ahora no se casó?

Me casé con la música, mayormente me absorbe el tiempo, es mi labor, porque soy el primer cantante que llenó el estadio de Alianza Lima, el Estadio Nacional, diferentes estadios en el Perú. Si ponemos un mano a mano con The Rolling Stones y Los Shapis, nosotros llevamos más gente. Además, tenemos una película y una miniserie.

Pero a sus 65 años habrá tenido varios romances

Ahhhhhhhhhh, indiscutiblemente, más de un ramillete de flores que debo de escoger las mejores, ojalá que con el tiempo lo encuentre. Tengo 65 años bien vividos, bien bailados, chupado y bien gozado.

¿Y usted es dulce como su chapa?

Claro, “Chapulín El Dulce” para el amor, soy el azúcar en la miel, el néctar de un clavel. No hay más.

La infidelidad está de moda en la cumbia, ¿qué opina?

Mira, yo no tengo nada qué comentar de esos personajes, yo tengo mi dirección, tengo un grupo del cual tengo que preocuparme. Si me preocupo de jardín ajeno voy a descuidar mi grupo.

Pero usted es fiel

Sí, yo soy fiel.

¿Y perdonarías una infidelidad?

Bueno, eso depende de la persona que tiene que llegar a un buen entendimiento.

¿Es chicha o cumbia?

Se equivocan cuando difunden que es cumbia peruana, la cumbia es de Colombia y es como decir que el pisco es chileno. La chicha es peruana, es la bebida sagrada de los Incas, por eso hace tiempo estamos luchando para que el Gobierno lo reconozca como un folclor. No se puede tapar el sol con un dedo, todo el mundo conoce la chicha, todo el mundo conoce a “Chapulín”. Es autóctono, es original de nuestro querido Perú.

¿Cuál es la clave de su éxito?

Fue muy fuerte, muy duro, porque es el mensaje o música del hombre provinciano, venir a la capital en busca del progreso, ser ambulante, ya con los años esos ambulantes ahora son magnates de Gamarra, de Los Olivos. Al igual que ellos, nosotros invertimos para conquistar Europa y Estados Unidos.

¿Y viste un gringo que baile chicha?

Caaaramba, hay hinchas de Los Shapis americanos, tienen colección de longplay de nosotros. Tenemos un amigo que vive en New York que su padre no sabe qué música está escuchando, nosotros lo llamamos “gringo loco”.

JULIO SIMEÓN SALGUERÁN

Crea el grupo de chicha “Los Shapis” junto a Jaime Moreyra hace 43 años en Chupaca (Junín).  “Soy tricampeón bailando la danza Los Shapis”, recuerda al saber que tiene una estatua en su ciudad natal.

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