Por: Johnny Padilla
Sebastián Salazar Núñez, periodista, master en Economía, bachiller en Humanidades con mención en Filosofía y flamante conductor de “Cuarto Poder”, recuerda que el año pasado, en el último cumpleaños que pasó con su abuelo Arturo Salazar Larraín, él le dio un consejo: “Ya estás en una edad en la que te toca dejar de hacer lo que uno quiere y toca hacer lo que uno debe”. “Y recordé esas palabras cuando llegó la propuesta para conducir ‘Cuarto Poder’. Si ha llegado a mí ese reto tengo el deber de hacerlo lo mejor que puedo, además no es solo hacerlo bien, sino hacerlo cada vez mejor”, nos dice el hijo de Federico Salazar, figura emblemática de América Televisión. -¿Y de tu papá qué frase siempre recuerdas? Cuando era chico me decía: “Hagas lo que hagas, pero siempre sé feliz”. Eso es bonito, siempre me gustó y lo tomo en cuenta.
-¿Te hace feliz estar en “Cuarto Poder”? ¿Lo pensaste mucho antes de aceptar la propuesta?
De hecho no lo veía venir, y para empezar, me gustan los desafíos y esta era una oportunidad que no se iba a repetir en mi vida. A veces, no hay que pensarlo mucho, hay que arriesgarse y tomar el reto que llegó a mí por algo. La verdad creo que es una oportunidad que no se me va a volver a presentar, ante eso toca decir que sí.
-Y empezaron los cuestionamientos por ser hijo de...
Siento que hay cierta responsabilidad y se siente, no creo que sea algo tan fácil. Pero si se trata de que me critiquen solo por ser el hijo de...¿o sea hasta no dejar de ser hijo de... no van a dejar de criticar? Es la oportunidad para salir de eso.
-También aparecieron los que decían por qué te dieron la oportunidad.
Me gusta que la gente se preocupe tanto por el programa, porque finalmente el público y la gente que ve “Cuarto Poder” le interesa y cree que se puede hacer un espacio mucho mejor. Yo también creo que puedo ser mejor y que todos podemos serlo. Mientras haya críticas significa que tenemos espacios por donde avanzar y eso creo que es lo positivo.
-Además, contribuyó a la polémica que llegaste al programa en un momento muy especial a nivel político y de cambios en el espacio.
No hubiera aparecido la oportunidad si las condiciones hubiesen sido distintas. Para empezar, me coloca eso en una posición muy expectante, creo que aún si eres hijo de... Ni eso alcanza para el nivel de suerte que he tenido. Pero con los años te das cuenta que si eso te puede dar la posibilidad de algún tipo de consideración especial, si no lo demuestras, eso también se acaba rápido.
-En la televisión si no funcionas te vas al toque.
Soy consciente de que estoy en América y aquí mandan dos cosas, principalmente el ráting y la gente que quiere verte. Si al final nadie te ve, por más excelente o bueno que seas tomarán una decisión. Es parte del reto para mí ver si puedo mantenerme ahí.
-¿Cómo manejas la objetividad en tu trabajo periodístico?
Te puedo contar como quiero y planeo manejarlo. Yo creo que el periodista se debe al público, a la verdad, a la objetividad y más que nada a la independencia. El periodista puede opinar sobre lo que considera que tal vez es cierto, pero al final mi trabajo es presentar información al público y no cuál es mi opinión personal. Yo no tengo por qué imponer mis creencias en la gente, la gente debe ser libre de creer en lo que quiera.
-Y en la actual coyuntura me imagino que tienes tus convicciones políticas definidas.
En general soy bastante apolítico y he comenzado a serlo solo viendo lo que ha sucedido en los últimos años en nuestro país. Me cuesta mucho pensar que esta vez va a ser completamente distinto. Trato de ser cauto a la hora de ver donde me apoyo políticamente.
-¿Qué piensas de Pedro Castillo y de Keiko Fujimori y los papeles que representan en estos momentos?
Creo que mi opinión acá no debe ser tomada como un punto de referencia de nada, así que lo puedo dejar ahí, pero creo que la política se juega en el día a día y eso es lo que estamos viendo de ambos candidatos. Las motivaciones que tienen para actuar de un lado u otro son temas para analizar. Me parece que para hablar de política es vital tomar las cosas en frío, porque como en el fútbol, la gente se calienta. En mi caso particular me toca ser cauteloso y mesurado.