"Tiene hambre de afecto"
"Tiene hambre de afecto"

Qué problema de personalidad podría estar afrontando el empresario Mauricio Diez Canseco para tener ese afán delirante de querer aparecer siempre en los medios de comunicación a costa de exponer su vida íntima y una imagen nada favorable para él, como es ser tildado de 'cachudo'.
El experimentado psicoanalista Tomás Angulo nos da una explicación del por qué de esta conducta hasta cierto punto enfermiza del popular 'Brad Pizza'. 'Lo que voy a decir va a sorprender a muchas personas, pero nosotros los terapeutas tenemos claro que es común que en la personalidad narcisista se tenga hambre de afecto y un apetito voraz por recuperarlo. Y una manera de recibir ese afecto es sentirse protagonista permanente. Y cuando él se ve en primera plana hay un goce interno, un deleite, se siente como Dios, y eso es una carencia afectiva muy grande', dijo ayer Tomás Angulo en declaraciones al programa 'En escena' de RPP.
- Pero él ha tenido esposas muy guapas, tiene hijos, empresas exitosas.
Las empresas exitosas pueden dar comodidades pero no dan afecto, no dan ese reconocimiento popular que sí lo dan los titulares de los medios. Además, en las personalidades narcisistas uno colecciona amores, pero no está conforme, no está seguro, entonces está buscando en realidad una mujer que solamente existe en su mente, en su imaginario, por eso fracasa la relación. Y si él está creando esos titulares para ganar prensa, publicidad, entonces ya hay una patología, un trastorno del afecto.
- Y si él quiere terminar esta relación e inventa toda esta historia porque la chica ya no la satisface.
Justamente acabo de dictar una conferencia sobre los 'hombres lobos', así titulé a estos hombres 'pendeivis' que coleccionan mujeres, que son don juanes de alto vuelo, que cuando ya quieren terminar con una mujer inventan algo, sólo para salir como víctimas y para que la otra persona crea que ha cometido una gran falta.
-Qué le recomendarías si fuera tu paciente o si te pide ayuda para arreglar su vida? Hay una manera más sana de colmar esa hambre de afecto, quererse a uno mismo, respetarse a uno mismo, conocer los límites de lo que es el afán protagónico y de necesidad de reconocimiento que cualquier persona necesita.