Una novia infeliz
Una novia infeliz

La boda entre el príncipe Alberto de Mónaco y la sudafricana Charlene Wittstock no sería el clásico cuento de hadas con final feliz. Los rumores que afirman ella habría estado a punto de huir para no casarse con su hoy consorte son la comidilla entre las casas reales.
Según informa el diario The Telegraph, el ex novio de Charlene afirma que la joven había intentado fugarse y refugiarse en la embajada de su país en París, pero altos funcionarios del palacio de Mónaco llegaron a confiscarle el pasaporte y la convencieron para no suspender la boda. Varias fuentes han confirmado incluso que Alberto y Charlene llegaron a un acuerdo, afirma una información publicada en Le Journal du Dimanche (JDD), el diario nacional francés.
Según una información publicada por el diario británico, Charlene visitó París en mayo para ultimar los detalles de su vestido de novia y se refugió en la embajada de Sudáfrica dispuesta a suspender la boda.
Al parecer los deseos de la prometida de suspender la boda se deben a que varios diarios franceses han atribuido 'dos nuevos hijos ilegítimos' a Alberto de Mónaco, uno que tendría 18 meses y el hijo de una mujer italiana que se prepara para hacer pública la paternidad del príncipe.
Ahora el diario británico The Telegraph asegura que el 'serenísimo' príncipe debe enfrentarse a una prueba de paternidad ante la posibilidad de un tercer hijo fuera de su relación con la ya princesa Charlene de Mónaco.
Tras la que buena parte de la opinión pública ha calificado como la boda más 'irreal', el diario londinense cita a un oficial del palacio monegasco como la fuente que ha filtrado la noticia de la prueba a la que podría someterse el príncipe Alberto próximamente.
El príncipe de Mónaco ya tiene un hijo de seis años, Alexandre, nacido de una ex azafata togolesa, Nicole Coste, y una hija de 19 años, Jazmín, con Tamara Rotola, un agente inmobiliario estadounidense.