Como un “infierno” fue descrito por los pobladores de la comunidad Shipibo-Konibo de Cantagallo, en el Rímac, el dantesco incendió producido la madrugada de ayer, que consumió sus casas, pertenencias, sueños e incluso animales. Esta tragedia dejó literalmente en la calle a unas 500 familias, que suman 2 mil personas.
Terror. Fueron los gritos de un niño de la zona conocida como “Los mestizos” los que dieron la señal de alerta ante el fuego provocado por una vela. Él saltó del segundo piso de su vivienda para salvar su vida, ya que se encontraba encerrado en casa debido a que sus padres acudieron a una reunión convocada por los dirigentes de una de las tres asociaciones que conforman el lugar.
Luis Reyes Coronel, empresario confeccionista, cuenta que son 220 los talleres afectados por el fuego, hecho que ha dejado sin trabajo a los que llama “hermanos shipibos”. “Nosotros somos confeccionistas de zapatos y carteras. Tenemos acá más de 20 años y damos trabajo a nuestros hermanos shipibos, todos estamos afectados”, se lamenta Reyes Coronel, quien no pide al gobierno dinero, sino máquinas para trabajar.
“El fuego consumió todo en cuestión de minutos. Estaba durmiendo cuando escuché los gritos y de pronto explosiones de balones de gas. Agarré a mis hijos y salí corriendo para ponerlos a salvo, no me dio tiempo para rescatar mis cosas”, cuenta Jessica Hualla, mientras mira con lágrimas las cenizas de lo que antes era su casa.
La Municipalidad de Lima ha puesto a disposición de los pobladores de Cantagallo, en la cuadra 7 del jirón Amazonas, en Barrios Altos, un terreno de 10 mil metros cuadrados, con más de 200 carpas, baños portátiles, un centro médico móvil Solidario y una zona de recreación para niños, con la finalidad de que abandonen el lugar y permanezcan en un ambiente seguro, algo que ha sido rechazado por los afectados.
Francisco Gavidia, gerente de Participación Vecinal de la Municipalidad de Lima, aseguró que permanecerán en el lugar hasta que los pobladores se animen a reubicarse.
NO SE MUEVEN. “Seguiremos aquí hasta que nos hagan una propuesta formal de reubicación. Hablo en nombre de los habitantes de Cantagallo y no queremos reubicación, sino la titulación de nuestros terrenos”, manifiesta Ricardo Franco, dirigente de la comunidad Shipibo-Konibo, quien asegura estar cansado de las eternas promesas de reubicación.
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Voraz incendio consumió cientos de viviendas de comunidad Shipiba de Cantagallo (FOTOS Y VIDEO)