El incendio ocurrido en la comunidad shipibo-conibo de Cantagallo despertó la solidaridad de cientos de personas y diferentes ong que se acercaron para entregar víveres a los pobladores que decidieron quedarse en el lugar.
"La gente no se olvidó de nosotros, por suerte nos están ayudando con víveres y agua, pero aún nos falta colchones y frazadas ya que estamos durmiendo en el suelo", confiesa Ligia Vásquez, quién con ayuda de su hijo cerco su terreno con una estructura de maderas y plástico que funge de pared.
A pesar de la ayuda entregada, un grupo de pobladores de la zona de los mestizos, reclamaron que toda la ayuda llega para los shipibos pero no para ellos. "Nosotros también lo hemos perdido todo, nos parece injusto que toda la ayuda la tengan ellos y nosotros nada", confiesa una confeccionista que perdió maquinarias y dinero durante el incendio.
Las carpas instaladas por la Municipalidad de Lima aún permanecen vacías, pues un grupo de 40 familias se han acercado a recibir la ayuda municipal. "Hemos venido anoche porque no teníamos donde dormir, ya que alquilaba un cuarto en Cantagallo donde vivía con mis tres menores hijas. Espero que esto no sea permanente porque tampoco podemos vivir así", refiere Leyda Rojas mientras trata de calmar el llanto de su menor hija.
Los pobladores shipibos han manifestado que permanecerán en sus terrenos, pues tienen miedo de no regresar. Mientras los pobladores que alquilaban cuartos, no tienen otra opción que aceptar la ayuda municipal.