Una pareja de enamorados se suicidó, en diferentes momentos, debido a problemas sentimentales.
Helio León Quispe (19) lo hizo primero. El fue hallado muerto el último lunes colgado con una chalina en la viga de una puerta, en su vivienda del sector de José Domingo Choquehuanca, en Azángaro, Puno.
Al parecer, el joven decidió autoeliminarse porque su novia había terminado la relación amorosa.
Tras el hecho, los familiares de la víctima le reclamaron a la mujer y hasta la culparon del fatal desenlace.
Al día siguiente, agobiada de recibir tanto reproche, Yullissa Mullizaca (20) decidió acabar con su vida tomando gaseosa mezclada con veneno para ratas. Su familia encontró el cadáver de la joven tirada sobre su cama botando espuma por la boca. Pese a que hicieron esfuerzos por reanimarla, ya era demasiado tarde. Ambos cadáveres fueron velados en sus respectivas viviendas.