Mujer fue a prisión por ser pareja de un delincuente y ahora cuenta su versión
Mujer fue a prisión por ser pareja de un delincuente y ahora cuenta su versión

Muchas personas dicen que el amor es el sentimiento más sublime. Para otros puede ser su desgracia. Carmen Calla Gil (51) aún recuerda al hombre que hizo que pasara siete años y medio en el penal de Socabaya.

“Yo vendía zapatos que hacía mi padre, solía llevar la mercadería en bolsas al mercado San Camilo, ahí conocí a este hombre que desde el inicio me engañó, porque me dijo que era comerciante”, recuerda Carmen.

El amor la sorprendió y en menos de un año se casaron. Durante 10 años, la pareja se dedicó a la venta de zapatos, tuvieron dos hijos y todo parecía estar bien, hasta que decidieron comprarse un carro y con ello el hombre retornó a la vida de robos y los actos de violencia contra Carmen.

“No sé qué me pasaba, porque, a pesar de los golpes, el licor y la infidelidad, yo solo quería estar a su lado”, conversa con la voz quebrada.

Este mal hombre era conocido con el alias de “Perico”, quien no dudó en llevarla junto a sus amigos para delinquir. “Era constante que lo lleven a la cárcel, pero ni por eso lo dejaba”, indica.

En ese ir y venir pasaron varios años y la pareja optó por separarse. Cuando Carmen pensaba que por fin iba estar tranquila fue detenida a pocos metros de su casa.

Uno de los amigos de “Perico” había dicho a la Policía que ella era parte de la banda. Fue llevada al penal de Socabaya, sentenciada a 10 años de pena privativa por ser la pareja del delincuente.

LECCIÓN. Los días eran largos y las noches interminables. La peor fecha era Navidad. Tenía que hacer algo para que el tiempo pase rápido y pueda recuperar su libertad. Es así que decidió ir a los talleres que se dictan al interior del establecimiento penitenciario. Aprendió a confeccionar zapatos, textiles, bordados y pintura en tela. Su profesora, Luisa Arteaga, solía decirle en todo momento que ella sería una de las salvadas y que no la debía decepcionar.

Así, su sentencia fue reducida a 7 años y medio.

Hace tres años Carmen recobró su libertad. Intentó buscar trabajo, pero no tuvo suerte. “Nos miran con temor porque hemos estado en prisión, pero deben entender que han sido errores y que ya pagamos por ello”, explica.

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