Marilia debe viajar de Cusco a Lima para recibir tratamiento contra la leucemia.
Marilia debe viajar de Cusco a Lima para recibir tratamiento contra la leucemia.

“Quizá sea el peor día de tu vida o desde hoy comiences otro tipo de vida: tienes , esas fueron las palabras que dejaron en shock a Leslie Nolasco, a sus 26 años. Se las dijo el médico de una institución privada, a la que acudió obligada por el insoportable dolor que sentía en su seno izquierdo y ante la suspensión de la atención en hospitales y centros de salud a causa de la pandemia del COVID-19.

Su pánico se volvió llanto mientras escuchaba decir que para tener un buen pronóstico debía ser operada de inmediato y dicha intervención le costaría S/8 mil. Al salir del consultorio, su cabeza estallaba de preocupaciones: “no sabía qué hacer, ni a dónde ir, ni a quién acudir”.

Había llegado de Huancayo (Junín) a Lima tres meses antes por un trabajo que perdió anunciada la emergencia sanitaria. No tenía Seguro Integral de Salud (SIS), pues conseguía en una farmacia lo que necesitaba cuando tenía una dolencia. Y estaba sola, a punto de vivir una odisea en el sistema de salud peruano.

A Leslie le detectaron cáncer de mama y en su natal Huancayo no pudo recibir diagnóstico ni tratamiento.
A Leslie le detectaron cáncer de mama y en su natal Huancayo no pudo recibir diagnóstico ni tratamiento.


Barreras en el sistema de salud empeoraron su salud

La enfermedad de Leslie generó síntomas en julio del 2019. El primer aviso fue un dolor en el seno, al que no le tomó interés y, dado su desconocimiento en la prevención del cáncer y la falta de campañas de despistajes en su ciudad, lo dejó pasar.

En diciembre de ese mismo año se palpó en el pecho una bolita y sentía hincones más intensos. Fue a una posta cerca de su casa, donde sin realizarle un solo examen le dijeron que era un simple quiste.

En enero del 2020 viajó a la capital y para marzo, según describió, “su pecho estaba intocable y la bolita había crecido”. Buscó atención, pero por la pandemia, no tuvo acceso a citas en hospitales y solo le quedó ir a un privado, donde conoció su diagnóstico.

La otra lucha contra el cáncer: cinco barreras en el acceso al tratamiento oncológico en Perú

Aconsejada por la asistenta social de su último trabajo fue al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN). A quien la atendió en orientación, le contó su situación y, pese a ello, recibió una advertencia: “si tienes un conocido, te van a atender; si no, tendrás que esperarte”.

Estaba contra el tiempo, pero tuvo que esperar hasta agosto para ser operada, tras formar muchas colas, pasar varias evaluaciones, y hacerse un montón de exámenes en el sector privado porque, aunque le activaron el SIS, los servicios en el no funcionaban por la cuarentena.

Después de ser intervenida, debía iniciar sus quimioterapias en 20 días, pero recibió la primera en octubre. Sin una tomografía previa, le aseguraron que su cáncer estaba en etapa II y requería ocho sesiones, pero cuando iba a terminarlas, conoce su real estado de salud: etapa IV, y una lesión adicional en el hígado.

Otra vez empezó de cero y, en el camino, tropezó con más barreras que la perjudicaban, como la falta de medicinas. Pese a todo, y contra todo, ella superó la lesión en su hígado. Su proceso de recuperación continúa e implica que viaje de Huancayo a Lima constantemente, lo que ahora se ve interrumpido a causa de los bloqueos.

Una lucha en solitario

Como Leslie, cuyos derechos fueron vulnerados, Marilia Padilla ha enfrentado el cáncer y, a la par, los problemas que le impiden acceder a un tratamiento oportuno.

Desde que descubrió que tenía , tras presentar cansancio, fiebre y dolor de cabeza durante varios meses, ha pasado la mayor parte de su vida formando colas y esperando semanas para obtener citas o medicinas en el INEN.

A este establecimiento, la joven llegó luego de recibir su diagnóstico en un hospital de Cusco, región donde a pesar de residir no pudo conseguir cama de hospitalización ni atención especializada.

Sus malestares se hicieron notar en 2019 y fueron intensificándose a tal punto que no tenía fuerzas para caminar y se ahogaba. En 2021, un amigo la convenció para que dejara de ir a farmacias y acuda a una clínica.

Marilia padece de leucemia y debe viajar de Cusco a Lima por su tratamiento.
Marilia padece de leucemia y debe viajar de Cusco a Lima por su tratamiento.

Allí descubrió que padecía anemia, pero no fue al servicio de hematología, a donde la derivaron por los resultados de sus exámenes. Agobiada por los síntomas diarios, finalmente lo hizo y recibió la terrible noticia.

Su mundo se derrumbó, recuerda, pues no contaba con SIS ni dinero para tratarse, y tampoco familiares que velaran por su salud.

Viajó a Lima gracias a una colecta y, por su grave estado, entró a Emergencias del INEN, esperó por una cama tres días en una silla de ruedas, y fue hospitalizada durante un mes, tiempo en el que debió comprar sangre y plaquetas recurrentemente, así como medicinas que no daba el SIS.

Ante la ausencia de familiares, tuvo que pedir ayuda a los de otros pacientes para realizar trámites o, una vez de alta, los realizaba ella. Hoy en día su tratamiento sigue, pero debe lidiar siempre con un viaje largo desde su pueblo de Cusco, y la espera de conseguir citas o medicinas.

OJO AL DATO. Tanto Leslie Nolasco como Marilia Padilla requieren ayuda constante para continuar con sus tratamientos contra el cáncer que padecen. Para donaciones pueden yapear o comunicarse a los números 931640535 y 933931111, respectivamente.


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