(Foto: Pexel)
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El carbohidrato es el alimento que va a tener impacto en los niveles de glucosa en sangre y aportará combustible para dar la energía.

Los carbohidratos se pueden clasificar en complejos y simples. Los primeros suelen ser de sabor salado mientras que los segundos, comúnmente llamados azúcares, suelen tener diferentes niveles de dulzor. Los complejos se transforman en azúcares en el proceso de digestión tardando más tiempo en llegar a ser utilizados, por lo tanto estos te darán energía durante las siguientes horas después de haberlos consumido.

Algunos ejemplos son la avena en hojuelas, quinua, granola, pan integral alto en fibra. Los simples, en cambio, están presentes en la fruta, miel, algarrobina, etc. llegan rápido y te dan energía inmediata. Lo mejor en el desayuno es incluir un carbohidrato complejo para dar energía de uso gradual y otro simple para obtener energía inmediata.

Algunas buenas combinaciones: avena más manzana, choclo desgranado más plátano y pan integral más papaya.